Son varios los tipos de entrenadores que enseñan las diferentes habilidades que debe dominar un determinado atleta, entre ellos se encuentra el entrenador de habilidades psicológicas el cual forma parte del equipo técnico y científico. El papel profesional que hoy día se le atribuye al psicólogo del deporte, o también llamado psicólogo deportivo, es desde un punto de vista con un rol más preventivo-educativo y no tan clínico, pero entre sus funciones se encuentran las de analizar, investigar, evaluar, diagnosticar, formar, asesorar, intervenir, etc. Las funciones que debe realizar son varias, partiendo desde la idea previa de que debe existir un conocimiento base además de un análisis de la situación mediante una recogida de información también se debe tener un procedimiento o una técnica a emplear y una aplicación concreta de dicha/s técnica/s posible/s a esa situación específica.
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¿Qué hace un psicólogo del deporte?
El entrenador debe conocer la teoría, forma o las técnicas del entrenamiento y ha de aplicarlas en la situación para que luego el deportista la lleve a la práctica en una estrategia concreta. Lo mismo podemos decir del entrenador de habilidades psicológicas, el cual debe tener un conocimiento teórico sobre el comportamiento psicológico, ha de conocer las técnicas psicológicas y entrenarse para su para su aplicación con la finalidad de poder llevarlas a la práctica en un momento concreto seleccionando de entre las posibles técnicas o procedimientos que se ajuste más a las circunstancias concretas y específicas de cada momento, lugar, sujeto o grupo. En el caso del psicólogo deportivo, una de las tareas que debe realizar es la formación y el asesoramiento, además de realizar la labor de evaluación/diagnóstico la cual requiere conocimientos teóricos sobre los procedimientos más comunes para evaluar y calificar. Y, por último, la intervención, tanto directa como indirecta que requiere un conocimiento previo de la manera de llevar las diferentes técnicas a la práctica en aquellas situaciones concretas a las que ha de enfrentarse el entrenador de habilidades psicológicas. De esta forma, el psicólogo del deporte debe parecer más un entrenador (de habilidades psicológicas) que un mero psicólogo del deportista. Así, no es de extrañar, como nos comenta Riera (1996) que «si se analiza con detalle las actividades que realizan los preparadores psicológicos y los entrenadores, se pueden observar muchos puntos en común» (donde pueden intervenir uno o más deportistas), el sujeto aporta lo aprendido en diversos casos de experiencia directa, pudiendo, además, relacionar éstos conocimientos propios con las enseñanzas del entrenador, que las ha aprendido en todos los casos, pudiéndose haber formulado una determinada estrategia o plan previo entre ambos.
Como hemos visto los distintos tipos de entrenadores (de habilidades psicológicas o deportivas) comparten algunos procedimientos de intervención. Y tanto es así, que a menudo es el entrenador deportivo el que lleva o puede llevar a la práctica el procedimiento de intervención en el trato normal con el deportista ya que forma parte muy importante del proceso de relación del jugador con el deporte en cuestión. Pero en ningún caso le compete el diseño y la realización de dicho programa de entrenamiento psicológico. Del mismo modo, la intervención del psicólogo puede ser directa sobre el propio atleta (en ningún caso el reglamento permite la intervención en medio de una jugada durante la competición). De esta forma, es el propio psicólogo del deporte el que se convierte en entrenador de dichas habilidades comportamentales que ha de practicar el propio atleta, siendo, en última instancia el propio jugador, el que ha de ponerlas en práctica en una jugada concreta (habilidades de atención, concentración, control de estrés, etc.).
Por Betty San Gil