Tras la derrota en el Ciudat de Valencia del Atlético de Madrid, el título de Liga será posible solo para Real Madrid y FC Barcelona, que jugarán la última jornada de liga en los campos de Deportivo y Granada respectivamente. Si el Barça gana, se hará con el título de la regularidad, mientras que el Madrid necesitará ganar y esperar un pinchazo culé. Aquí os dejamos 5 claves para gestionar psicológicamente esta situación.
- Transistores sí o no
¿Es importante pensar lo que pasa en el otro partido? Es verdad que, dado un supuesto excesivamente alto nivel de activación, el saber el otro resultado puede ser beneficioso de cara a disminuir esos posibles nervios y mejorar el rendimiento. Sin embargo, no podemos controlar lo que hacen los demás, por lo que lo más recomendable sería centrarse en nuestro propio partido.
- Motivación ante ambos partidos
Depor y Granada no se juegan nada. Ambos están matemáticamente salvados y sin opciones de clasificarse para alguna competición europea. De esta manera, se pueden hacer dos interpretaciones: la primera que, al no tener un objetivo, la motivación pueda verse descendida y así el rendimiento. La segunda, que al tener dicho objetivo cumplido, se rebaje la presión, lo que provocaría finalmente un aumento de ese rendimiento.
- Nivel óptimo de activación
La presión de tener el objetivo tan cerca y de no poder fallar puede elevar la activación de los jugadores por encima de su nivel óptimo. La ansiedad es un mecanismo de defensa que puede facilitar nuestro rendimiento pero, a partir de cierto punto, genera el efecto contrario, elevando nuestro tono muscular, lo que puede favorecer la aparición de lesiones, y estrechando nuestro marco atencional, propiciando errores en la toma de decisiones.
- Emociones a flor de piel
La gestión emocional puede ser clave en partidos de alta importancia. La ira puede llevarnos a cometer errores que conlleven posibles sanciones, pero también darnos esa energía extra que podamos necesitar. La alegría por estar a punto de conseguir el objetivo puede aumentar nuestra autoeficacia y motivación, pero también provocar un exceso de confianza. Y es que, no hay emociones buenas ni malas, solo útiles o no útiles en función de cómo las gestionemos.
- Todos a una
El trabajo en equipo es otro factor a tener en cuenta. Más que nunca, deja de tener importancia quién sea titular, quién se quede en el banquillo o quién marque los goles. Cuánto más consigan los jugadores compartir objetivos, más probabilidades tendrán de conseguirlos, más que como grupo, como equipo. En este aspecto tendrán un papel clave los líderes del equipo, es decir, aquellos jugadores o miembros del cuerpo técnico capaces de influir en la conducta de sus compañeros.
¿Quién crees que ganará esta última jornada de liga? ¿Crees que habrá un justo ganador? ¿Crees que Depor y Granada lo pondrán difícil?
Jaime Marcos