Siempre se ha sabido que dos pueden más que uno y es en este caso cuando mejor se puede emplear el dicho. En los tiempos que acontecen nos encontramos ante una situación que, hasta el momento, nuestra Psicología, nuestra mente, no había llegado a imaginar. Todo es desconcertante y se nos escapa de las manos, pero ¿realmente podríamos llegar a controlarlo por nosotros mismos?
Por un lado, la pandemia mundial nos genera miedo, ansiedad, incertidumbre, confusión, tristeza o ira, entre otros sentimientos y emociones que ya en otras circunstancias hemos podido experimentar, con la diferencia de que en este caso no sabemos buscar la solución para controlarlos. Por otra parte, la necesidad de confinamiento para evitar la propagación del virus nos lleva a sentir la sensación de falta de libertad de movimientos, actividad, dinamismo o amplitud de recorrido, hechos también muy desconocidos. A partir de esta base de dominación del virus, es donde entra cada uno de nosotros para evitarlo.
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¿Cómo afectan nuestros comportamientos a nuestro organismo?
La evidencia muestra que los mecanismos por los cuales adquirimos, mantenemos y eliminamos nuestros comportamientos son principalmente por medio del aprendizaje, y lo mismo ocurre en los comportamientos involucrados en los procesos de salud y enfermedad. De esta forma, el afrontamiento de una situación de enfermedad estará determinado por nuestras creencias (cogniciones), emociones (como predisposiciones a la acción) y por nuestro comportamiento hacía la salud. Si nos dejamos invadir por los estados negativos, crearemos una burbuja mayor de reacciones desencadenantes de problemas físicos y psicológicos (como podrían ser insomnio, agitación permanente, nerviosismo, etc.) y si nuestros comportamientos van dirigidos hacia el riesgo, como el consumo de sustancias tóxicas o la exposición social sin las medidas necesarias, disminuirá la defensa y la inmunidad de nuestro organismo.
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¿Cómo puede ayudar la Psicología y el deporte?
Es entonces cuando de la mano de la Psicología podemos aplicar herramientas de locus de control interno (aumentando la capacidad de control personal sobre la situación) por medio de la autoeficacia, pudiendo desempeñar un papel importante no sólo en cómo nos sentimos con nosotros mismos, sino en nuestra actitud y posibilidades para alcanzar con éxito los objetivos, siendo estos los referidos a la toma de medidas preventivas y continuación de la vida cotidiana adaptándose a las circunstancias. Si la manera de percibir la situación se ajusta a nuestra capacidad de organizar y ejecutar los cursos de acción necesarios para gestionar las situaciones ansiógenas, tendremos éxito en el control del problema.
La segunda mano viene dada con la actividad física como acción precursora para luchar contra los desequilibrios emocionales del confinamiento y el mantenimiento de la salud. Con la ejecución del ejercicio, reducimos el gasto energético y regulamos el equilibrio calórico y de peso, pudiendo reducir el riesgo de enfermedades físicas y mentales y beneficiando el bienestar para la salud mental y la función cognitiva. Además, debe ir acompañada de una alimentación ajustada a las demandas personales, variada y equilibrada que mantenga los aportes necesarios para realizar la actividad demandante y regular las funciones del organismo. Mantener el cuerpo en movimiento es necesario para activar el sistema inmunológico, fortalecer los músculos, articulaciones y oxigenar la mente. No tenemos mejor ejemplo que ante la enfermedad de la Covid-19, las primeras prevenciones comenzaron con la actividad física, en concreto con el arte marcial del Tai Chi en los hospitales de China.
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A la vista del confinamiento actual, se han tenido que modificar los programas de ejercicio regular al aire libre y adaptarlos a las condiciones del hogar, aprovechando el espacio y el material disponibles. Pero siempre hay alternativas para realizar ejercicio pudiendo aplicar diversos planes físicos que combinen tanto actividades aeróbicas como anaeróbicas, de fuerza, estiramientos o múltiples combinaciones.
Podemos por tanto responder a la pregunta inicial con la siguiente respuesta, “el cuerpo y la mente es una unión que podemos hacer indestructible”.
Por Alba Niño González