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Síndrome de la cabaña: qué es y cómo superarlo

Ante la pandemia, una de las mejores maneras para cuidarnos y conseguir frenar la curva de contagios, fue la medida del aislamiento social. Durante meses, tuvimos que quedarnos encerrados en casa durante meses y poco a poco fuimos acostumbrándonos a esta situación. Si pensamos en que por lo general, se necesitan tan sólo 21 días para adoptar un hábito en nuestra rutina, aunque al principio es más costoso y necesita un esfuerzo mayor, poco a poco nos fuimos acostumbrando a esta nueva situación de “estar encerrados” en nuestra cabaña, menos en los pocos momentos que podíamos salir para hacer cosas básicas.

Síndrome de la cabaña: ¿cómo vuelvo a salir sin miedo?

El síndrome de la cabaña, es ese miedo a salir a la calle de nuevo, volver a tener contacto con las personas, realizar nuestras actividades del día a día que antes no suponían un problema pero sentimos que ahora sí lo es, porque sentimos que estamos expuestos fuera de nuestro hogar, como si estuviéramos en peligro. Sentimos nuestra casa como nuestro lugar de seguridad al que nuestra mente se ha habituado y fuera de ella tenemos inseguridad y miedo. Lo que nos hace sentir estrés y ansiedad.

Síntomas que acompañan al síndrome de la cabaña

A nivel conductual

Podemos sentir mucho miedo si tenemos que salir de nuestro hogar, se nos puede hacer muy cuesta arriba volver a realizar nuestras actividades cotidianas del día a día, volver a la rutina, además de retomar las relaciones sociales.

A nivel cognitivo

Puede parecer mucho más difícil concentrarnos y mantener la atención. Memorizar cosas también puede ser más costoso, además de tener menos motivación por realizar actividades o conseguir objetivos en general.

A nivel emocional

Las emociones predominantes son el sentirnos nerviosos, inquietos, con bajo estado de ánimo, apatía, miedo, sensación de no poder respirar bien, entre otras.

¿Cómo me acostumbro a esta nueva normalidad?

Es necesario que nos escuchemos a nosotros mismos y tratemos de entender qué es lo que nos está pasando, qué es lo que estamos sintiendo y tratar de ponerle nombre y apellidos, además de expresarlo.

Es muy beneficioso realizar actividades que sean placenteras y que nos motiven y para las que sea necesario salir de nuestra casa, recuperar aquello que nos hacía sentirnos bien y sentirnos libres, aunque ahora sea deban adaptarse a los protocolos de seguridad. Como deportes al aire libre, disfrutar de un paseo por el parque, ir a la montaña, etc. Esto nos ayudará a conectar con el exterior y sentirnos bien.

Realizar estos avances poco a poco, paulatinamente, ayudará a mantener la motivación para realizar las actividades a lo largo del tiempo. Podemos ponernos pequeños objetivos en el día a día, tratando de hacer cada día un poquito más, hasta donde nos sintamos a gusto.

Para aliviar estos síntomas, es importante seguir y respetar los protocolos de seguridad. Para aliviar el miedo, respetar el distanciamiento social, lavarnos las manos, usar hidrogel, etc. Nos ayudará a sentirnos más seguros. Es completamente normal sentir miedo, no debemos culparnos por ello.

Las técnicas de relajación y respiración, ayudarán a combatir la ansiedad.

Conclusión

Como conclusión, tratemos de valorar nuestras emociones y sensaciones en el día a día. Puede ser beneficioso escribirlas a diario, como decíamos anteriormente, ponerles nombre y apellidos. No luchar contra ellas, sino aceptarlas y comprenderlas.

Realizar técnicas de relajación y respiración para combatir la ansiedad y si fuera necesario, consultar con un profesional.

Tratemos de ser más positivos aunque nos cueste un poco de esfuerzo, eso no significa que no podamos conseguirlo.

Por Lucía López Navarro

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