Hemos empezado septiembre y con ello viene la vuelta de las vacaciones. Empiezan los nervios por parte de los pequeños de la casa por volver a ver a sus amigos del cole, empezar un curso nuevo, aprender cosas novedosas… Se avecinan cambios, y esto hace que estén expectantes a todo ello. Habrá algunos que los primeros días les sean más costosos a la hora de adaptarse de nuevo a las rutinas diarias, pero finalmente se normalizarán las cosas. ¿Jugamos?
A medida que pasan los días se irán acostumbrando al ritmo diario, vendrán los deberes, las responsabilidades diarias, actividades extraescolares, y un sinfín de cosas con las que actualmente cuentan los niños diariamente…. Es muy importante tener en cuenta que, aunque el infante tiene que ocuparse de sus obligaciones diarias, y no cabe duda de que esto le hará ser una persona responsable de sus cosas, también por otro lado, y como un niño que es, tiene que ocuparse de jugar.
El juego es un factor muy importante, ya que no solo se trata de una actividad de ocio y tiempo libre, sino que con el juego se potencian diferentes áreas de desarrollo durante la etapa de crecimiento y maduración, y permite el descubrimiento de “sí mismo” por parte de los niños.
Existe el juego simbólico, en el cuál se desarrollan diferentes representaciones mentales y se llevan a cabo en este tipo de juego. También contamos con el juego reglado, es decir, es un tipo de juego en el que existen reglas y en el que se puede ganar o perder, con ello se trabajan aspectos como la victoria y la derrota, y podemos observar en los pequeños las distintas reacciones que esto conllevará. Por otro lado diferenciar entre juegos individuales y colectivos, en los cuales se trabajan aspectos como la seguridad en sí mismo, resolución de problemas, así como trabajo en equipo, liderazgo…
Es conveniente que potenciemos en los pequeños la diversión aprendiendo y que vayan descubriéndose a sí mismos. ¡A JUGAR!
Arancha Hidalgo