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El rol de los padres en el deporte de sus hijos

En las saturadas agendas de nuestros escolares, destaca cada vez más la práctica deportiva. Y es que, el deporte puede ser fuente de infinidad de ventajas. Sin embargo, una mala práctica puede conllevar ciertos riesgos, tanto a nivel físico como educativo. Por ello, el deporte no produce beneficios por sí mismo, sino que debe practicarse de forma adecuada al deportista en formación en cuestión (edad, capacidades físicas, psicológicas…) y en este aspecto encontramos tres agentes fundamentales: el propio deportista, su entrenador… y sus padres.

¿Qué papel juegan los padres en el deporte de sus hijos?

Los padres nunca dejan de ser un referente para sus hijos, por lo que su influencia hacia un lado u otro se da por sentada, y es responsabilidad de todas las partes implicadas garantizar una adecuada praxis por parte de los mismos en lo referente a la formación deportiva de sus hijos.

Y aunque la grandísima mayoría de los padres consiguen favorecer el desarrollo deportivo de su hijo de forma más o menos intuitiva, son relativamente frecuentes los episodios en los que los padres se convierten en desafortunados protagonistas del partido del fin de semana, sobre todo en ese deporte al margen de todos llamado fútbol. La punta del iceberg suelen ser tanganas en el campo o en la grada, pero hay mucho más, hay varias conductas prototípicas que, según nos dice la psicología del deporte, interfieren de manera significativa con la formación de un niño como deportista.

Dichas conductas suelen representarse a través los siguientes perfiles arquetípicos de padres:

El padre inversor

Los madrugones del domingo, los viajes al campo, el gasto en ropa y balones y los largos entrenamientos suplementarios en la cancha del barrio se ven como una inversión que recuperaremos cuando el niño sea el 7 del Real Madrid. La realidad es que menos del 1% del fútbol base consigue jugar como profesional, y una actitud hacia ese sentido no puede sino generar una presión bestial en el niño cuando el objetivo, por estadística, se aleje más y más.

El padre entrenador

Tanto su entrenador como su padre son figuras de referencia para un niño, y el recibir instrucciones contradictorias por parte de ambos no puede acabar bien. La persona titulada y autorizada para dar las indicaciones tácticas a los niños, es el entrenador. Desde fuera, algo que se ve muy claro puede estar sujeto a condiciones tan concretas como el rival de esta semana o las rotaciones… Si tenemos alguna duda siempre podremos esperar al final del entrenamiento y tratar, educadamente, de quedar con el entrenador en algún momento para exponerla.

El padre animador de banda

Relacionado con el anterior, gritar instrucciones desde la banda es potencialmente negativo por las mismas razones, pero el auténtico peligro aquí consiste en aquellos padres que viven de forma dramática el partido, transmitiendo a los niños, de nuevo, una presión añadida que podemos ahorrarnos. Por ello, hay que tener mucho cuidado con nuestra comunicación verbal y no verbal, animar tras los errores y celebrar los aciertos con humildad, ya que si no, ponemos en riesgo el rendimiento del niño, transmitimos unos valores incompatibles con una práctica deportiva sana y afectamos a la imagen del club.

El padre desinteresado

Se puede pecar igual por defecto que por exceso y no, quitarse de en medio no es una solución viable. Por lo general los hijos van a agradecer la implicación por parte de sus padres en la vida deportiva, por lo que acudir a los entrenamientos o partidos es importante si es posible, y si no, dedicar algún momento en casa a hablar de ello puede ser una buena alternativa.

El principal objetivo para un deportista en formación, no suele ser el resultado tanto como el divertirse, aprender o la competición sana. Por lo tanto, el quid de la cuestión estaría en establecer un entorno que favoreciera que las motivaciones del deportista se vean satisfechas, lo que le lleve a desarrollar y mantener una alta motivación por su deporte, lo que le lleve a seguir aprendiendo, persistiendo tras los errores y disfrutando, que al final de trata de eso.

El rol de los padres en el deporte de sus hijos en este sentido estaría orientado establecer dicho entorno, y puesto que presuponemos a todos los padres la mejor de las intenciones para con sus hijos, consideramos clave la formación en padres en todos estos aspectos fundamentales para optimizar la formación deportiva de los niños y evitar el temido abandono, una formación que los clubes cada vez demandan más y más.

Por Jaime Marcos.

@Jaimemarcosred

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