¿Los deportes de equipo pueden fomentar las habilidades sociales de nuestros hijos?
En el presente artículo se describe en qué consisten estas habilidades y cuáles pueden fomentarse a través de la práctica del fútbol.
Las habilidades sociales son aquellas conductas que se realizan cuando se interactúa con otras personas y que permiten relacionarse con ellas de forma satisfactoria. Algunos ejemplos son: saber iniciar y mantener una conversación, saber escuchar, ponerse en el lugar del otro, entre otras.
Estas conductas van a estar presentes a lo largo de la vida y se van adquiriendo con el objetivo de adaptarse a diferentes entornos y situaciones. No todas las personas las desarrollan de la misma forma, pero con la práctica se pueden mejorar o adquirir.
En el ámbito deportivo, en concreto en el fútbol, estas habilidades sociales se desarrollan desde el momento en que los jugadores tienen que relacionarse con sus compañeros de equipo, con su entrenador o con los jugadores del equipo contrario, entre otros.
Habilidades sociales en el ámbito deportivo
- El respeto por las normas: es importante desde el primer momento conocer las normas que tiene este deporte y las consecuencias de no cumplirlas. Por lo que ésta habilidad es fundamental y se va a ir adquiriendo desde el principio.
- Saber escuchar: tanto al entrenador cuando esté explicando los ejercicios del entrenamiento o cuando realizan una crítica por nuestra forma de juego o actitud.
- Aprender a decidir: la toma de decisiones va a estar presente en todo momento, tanto en los entrenamiento como en el desarrollo del partido, así que esta habilidad se va a ir desarrollando con la práctica.
- Aprender a quejarse: es importante aprender a expresar una opinión cuando no se está de acuerdo con el entrenador, con el árbitro en un partido o con un compañero, y hacerlo de forma adecuada y respetuosa.
- Aprender a conversar y relacionarse con los iguales: los deportes de equipo fomentan también las relaciones sociales, creando nuevos vínculos y amistades con las que disfrutar dentro y fuera del campo.
Estas son algunas de las habilidades sociales que se pueden desarrollar en el ámbito deportivo y que se pueden generalizar a otros contextos como son el personal o escolar. A parte de aprender un deporte, se aprenden unos valores y una serie de habilidades importantes para los distintos ámbitos de la vida, que pueden marcar la diferencia en éste tipo de contextos competitivos.
Por Marta Muñoz, colaboradora de la UPAD.