Newton, Darwin, Van Gogh, Oprah Winfrey, Albert Einstein, Thomas Edison, Michael Jordan, Steven Spielberg, J.K. Rowling… todos estos personajes tienen algo en común, empezaron fracasando antes de arrasar y convertirse en personas de fama y éxito.
Pasar del fracaso al éxito requiere de muchas aptitudes, entre ellas la constancia, el no rendirte.
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Personajes históricos que tuvieron éxito tras el fracaso
James Dyson es un claro ejemplo de constancia. Antes de inventar la aspiradora sin bolsa tuvo que diseñar 5.126 prototipos fallidos, durante 15 años fracasó una vez tras otra y, sin rendirse, continuó hasta inventar la aspiradora Dual Cyclone, un invento multimillonario.
Algo parecido le pasó a J.K.Rowling, la famosa escritora de Harry Potter, cuyo manuscrito fue rechazado por 12 editoriales diferentes, antes de ser aceptado por la editorial que lo llevó al estrellato, una saga de libros, películas, museos, exposiciones y mucho marketing.
En estos dos casos, igual que en la biografía de Michael Jordan, encontramos sacrificio y esfuerzo. El jugador demostró que no hay camino al éxito sin obstáculos.
Jordan transformó su fracaso en combustible para así llegar a convertirse en el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos.
Convertir tus debilidades en fortalezas es algo de lo que también sabe mucho Oprah Winfrey, que fue despedida como presentadora en Baltimore, por su excesiva involucración emocional en las historias que trataba. Actualmente ella es una de las mujeres más influyentes del mundo y es precisamente por esa “debilidad”, convertida en fortaleza, por la que ha construido todo un imperio.
Algunas de las personas más exitosas del mundo han fracasado previamente y, como hemos visto, algunas lo han hecho no sólo una, sino varias veces. Personas más débiles se hubieran rendido, pero ellos no perdieron de vista sus objetivos y lucharon por alcanzarlos.
La confianza que ellos tenían en si mismos, los llevó al éxito incluso cuando los demás no confiaban o no reconocían su esfuerzo.
Este es el caso de Walt Disney, uno de los creadores de animación más conocidos a nivel mundial. El esfuerzo de Walt Disney no siempre fue reconocido, al igual que su talento, tal es así que fue despedido del Kansas City Star, porque su editor consideraba que “le faltaba imaginación y no tenía buenas ideas”.
Quién hubiera dicho que el dueño del gran imperio Disney, iniciador de la edad dorada de la animación, pionero de la animación a color y con sonido, sería despedido por no ser lo suficientemente creativo.
La capacidad de análisis de estos personajes fue determinante a la hora de transformar el fracaso en éxito, la amenaza en oportunidad y la debilidad en fortaleza.
De convertir el fracaso o la pérdida, en un aprendizaje profesional también sabe mucho Steve Jobs, que fue despedido de su propia empresa, Apple, por una discusión con su socio. Steve aprovechó ese momento para mejorar su creatividad y crear NeXT y Pixar.
Ir a contracorriente y salirse de los esquemas es necesario, pero a veces es difícil, sino que se lo digan a Soichiro Honda, que fue excluido socialmente en Japón por su pasión por el individualismo. Honda retó a la industria automovilística americana y actualmente factura más de 136.580 millones de euros al año, el equivalente a 15.88 billones de yenes.
Su capacidad de resiliencia los ha llevado al éxito, igual que el coronel Harland David Sanders, despedido de decenas de empleos antes de fundar KFC (Kentucky Fried Chicken), una de las franquicias de pollo frito más famosas del mundo.
Su vida nos demuestra, igual que la de muchos otros, el poder de la constancia, de la resiliencia, del compromiso y del esfuerzo, a la hora de llevar las riendas de nuestro propio destino.
Con la autoconfianza por bandera, el papel que la mente tiene en nuestro desarrollo vital es extremadamente condicionante.
Por Rosalía González Blanco