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Cohesión grupal: 2+2 es mucho más que 4

Los deportes de equipo, son aquellos formados por varias personas que se enfrentan a otro grupo y trabajan de forma conjunta, o también llamada cohesión grupal, para alcanzar una meta u objetivo. Algunos más conocidos como el futbol el baloncesto, balonmano entre otros muchos. Suelen ser deportes a los que muchos padres recurren para introducir a su hijo en este sector o incluso los profesores en el colegio se decantan por practicar deportes que requieren de trabajo en grupo.

Y es que no es nueva la cantidad de ventajas que poseen estos, pues aportan valores como el respeto, así como habilidades no solo en lo referido al rendimiento sino también en lo relacionado con lo social como habilidades comunicativas, liderazgo o la capacidad de escucha, por ejemplo.

La importancia de la cohesión grupal en los deportes de equipo

Pero hay un factor que es importante dentro de cualquier grupo, la cohesión grupal. Y es que hay mucha confusión tanto por parte de padres, técnicos y los jugadores mismos sobre este gran concepto. Empecemos por saber ¿qué significa la cohesión grupal? La cohesión grupal es la capacidad de las personas para relacionarse de forma sana con otros, generando un vínculo estrecho y poner cada uno de su parte para alcanzar un objetivo común. Dentro de este concepto se han ido incluyendo aspectos como el sentirse integrado dentro de un grupo, así como atraído por las personas que hay dentro de ese grupo. De hecho, autores como Freud señalaron la importancia de la cohesión grupal en relación con la salud mental, pues reivindica que tiene un poder curativo.

Es importante saber que cuándo se inicia un grupo no se considera equipo como tal, al principio son un conjunto de personas con sus ideas, es la cohesión grupal la que genera que se produzca un cambio y que se generen relaciones que lo convierten en un equipo. La confusión surge cuando los propios jugadores lo relacionan con la amistad, o mejor dicho cuando utilizan como sinónimos las palabras amigos y compañero.

Deportes de equipo: ¿amigos y/o compañeros?

Los deportes requieren de entrenamientos, eso significa pasar muchas horas practicando a lo largo de la semana, sin contar los partidos en los fines de semana. Todo ello implica horas y horas al lado de personas, normalmente de una edad semejante a la tuya, realizando ejercicios juntos. Por tanto, es normal que dichas personas terminen convirtiéndose en amigos, gente cercana a ti que forma ya parte de tu vida fuera del ámbito deportivo. Pero esto no quiere decir que sea un requisito para que se genere una buena cohesión grupal. 

Puedes ser compañero y amigo, pero no hace falta ser amigo para ser compañero. Un compañero es aquella persona que te acompaña y contribuye a que consigas un determinado objetivo. Y en un equipo es fundamental que haya relación de compañeros, de hecho, sin esto muy difícilmente se logran unos buenos resultados.

El trabajo en equipo requiere que se trabaje conjuntamente, teniendo en cuenta al resto de miembro del grupo. Sin embargo, en ocasiones ocurre que hay jugadores que trabajan de forma individual lo que sería “trabajar solo en compañía” o trabajan de forma selectiva, es decir, con unos sí, pero con otros no. Y ¿por qué ocurre esto? Porque entra el factor “amigo”, y es que, en muchas ocasiones si no se sabe diferenciar bien la amistad de compañero termina todo siendo caótico.

El factor “amigo” influye en la forma de jugar pues muchos jugadores optan por realizar pases a sus amigos y únicamente a ellos o, por el contrario, no realizar pases a aquellos que “no les caen bien”, todo esto que se lleve a cabo en un entrenamiento genera que se ralentice mucho el entrenamiento, que no se ejecuten bien las jugadas y además que las personas afectadas se sientan apartados provocandoles frustración, falta de motivación entre otros.

Ya el problema mayor se da cuando se genera una situación real en un partido, por ejemplo, en uno de fútbol. Se sabe que los pases, centros y saques se realizan en función de si uno está bien posicionado, si se le da mejor, si tiene oportunidad de meter gol, por ejemplo. Pero si uno comienza a jugar con la mentalidad de solo pasar los balones entre su “grupo de amigos” o con los que mejor se relaciona lo que genera es no aprovechar las oportunidades que pueden darse durante el partido, lo que genera que al final todo el equipo realice un trabajo caótico y sin resultados.

Por esto mismo es fundamental trabajar este aspecto si queremos generar y formar un buen equipo de jugadores, la cohesión grupal sería la base principal sobre el que se va construyendo un grupo. Por ello, se debe enfatizar que lo que se busca dentro de un equipo es estar en sintonía pues todos tiene algo en común: el objetivo a conseguir. Al final, es probable que uno no consiga conectar con todos los miembros puesto que hay un gran número de jugadores y cada uno con sus diferentes personalidades, pero eso no impide el saber trabajar juntos. Cuanto mejor conexión entre compañeros hay, mejor y más rápido llegan los resultados.

Por Lucía Ruiz

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