Skip to content Skip to sidebar Skip to footer

Obviamente, cuando recalcamos aquí el mencionado valor, derivado del concepto de <<Ego>>, o lo que es lo mismo para la Real Academia de la Lengua española, “exceso de autoestima”, nos queremos referir a su interferencia en los deportes de carácter colectivo, en donde la cooperación con otros componentes del equipo, resulta indispensable para la consecución de las metas deportivas. Hoy nos centraremos en el egoísmo como parte de los «anti» valores del deporte.

Cuando aparecen los egoísmos, el equipo se resquebraja, como una nuez al golpearla con un mazo. Siguiendo con las definiciones, podemos entender el término <<Egoísmo>> como un “excesivo amor hacia uno mismo, que hace atender desmedidamente el propio interés, sin cuidarse del de los demás”.

Imagínese, ser el entrenador de un equipo de baloncesto, o de fútbol por ejemplo, y tener que atender los egoísmos de 12 ó 22 jugadores, ¿se lo puede imaginar? ¿No? Baste para lograrlo darse un paseo por muchos de los pabellones o campos de nuestra ciudad.

Y es que efectivamente, vivimos en una cultura a nivel general, y un deporte a nivel particular, que ensalza excesivamente la figura de la estrella. Minutos y minutos de monográficos en prensa, radio o TV, que se convierten en horas y horas al día…, días y días al mes…, meses al año, alabando las características semidivinas de determinados deportistas que, efectivamente, poseen un talento difícil de creer pero, que no podrían jugar un deporte colectivo sin sus compañeros.

Valores del deporte: egoísmo vs. cooperación

Nos fascinan los resultados, no podemos negarlo. Los <<deportes espectáculo>> viven por y para ellos. Y los Egos se alimentan de éstos. Entonces surgen los egoísmos. Porque yo quiero para mí la gloria…, la canasta decisiva…, el gol del partido…, el balón de oro. Y nos olvidamos del equipo…, de los compañeros…, incluso del entrenador…, “me tiene manía”…, “no me la pasan porque me tienen envidia”…”si yo no juego mi importa una mierda si pierden”, y que se yo que serie de locuras más nos llega a contar el Ego, cuando le escuchamos. Lo que está claro es, que el deporte educativo no es eso. Que aquí no hay semidioses… ni MVP´s…, hay niños intentando divertirse…, compartir…, cooperar… ¿o no?

Quizás ya se nos ha olvidado, que cuando comenzamos a jugar un deporte colectivo, lo hacemos para adquirir valores del deporte y coincidir con otros compañeros, que tienen destrezas y características diferentes pero, complementarias a las mías. Donde hay un entrenador formado (o debería haberlo), que sabe de esto y que tiene que tomar decisiones. Además, tampoco debería ser egoísta para servir de ejemplo a sus deportistas, aunque en competición mande el resultado. Porque lo mejor que le puede venir el equipo para mejorar su rendimiento no es el egoísmo…, es el compañerismo, la cooperación, el trabajo en equipo, la cohesión, la solidaridad, la generosidad, el respeto…, que favorecen el desempeño colectivo.

¿Aún te parecen pocas alternativas al egoísmo?

Los mayores logros de la humanidad surgieron y surgen, de la cooperación entre individuos…

¿Qué puede lograr el “superhombre” individualista de hoy en día?

Por Carlos Rey

@CarlosReyPsicoa

Leave a comment

Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?