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¿Por qué pensamos que Benítez no triunfó en el Real Madrid? Desconocemos los intrincados motivos por los cuales la cúpula directiva del Real Madrid toma sus decisiones, así como las innumerables variables (económicas, etc.) que influyen en un club de esta envergadura, de modo que no entraremos a valorarlas. Simplemente, hablaremos de cómo entrenadores con distintos estilos, en distintas situaciones, pueden afectar de distintas maneras a distintas plantillas.

 

1.La sombra de Ancelotti

El Real Madrid comenzó la temporada destituyendo al entrenador Carlo Ancelotti. No le valió haber ganado, en su primera temporada, la ansiada Décima, así como la Copa del Rey (ante el FC Barcelona, nada menos). Tampoco le valieron la Supercopa de Europa ni el Mundialito de Clubes. Y lo más importante, no le valieron las muestras públicas de afecto, apoyo y deseo de continuidad de afición y jugadores. Jugadores con la antigüedad, el carácter y la calidad en el campo de la talla de Pepe, Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo se pusieron del lado del italiano, jugadores que son líderes en ese vestuario y, por lo tanto, capaces de influir en la conducta de los demás, así como de la afición. Benítez tenía que competir con el recuerdo de Ancelotti, sabiendo que cualquier tiempo pasado fue mejor.

 

2. El método

No cabe duda de que Benítez es uno de los mejores entrenadores del mundo. Su fama de concienzudo estratega y dedicado trabajador le precede, y le ha dado muy buenos resultados en equipos como el Valencia o el Liverpool. Sin embargo, para que tus métodos tengan éxito necesitas que los jugadores los acaten y, el método más infalible es que crean en dichos métodos y en ti. Como decíamos antes, para influir en la conducta de tus seguidores debes ser un buen líder. La prensa en seguida nos empezó a mostrar entrenamientos en los que Cristiano Ronaldo mostraba su inconformidad en estas cuestiones, o a Sergio Ramos criticando los cambios en un partido concreto.

 

3. Ambiente hostil

Por algún motivo, la prensa no tardó en hacerse eco de estas situaciones, lo que puso a la afición en una postura de inconformidad con el entrenador en lugar de una de apoyo. Recordemos que Zamora no se tomó en una hora, y entrenadores como Luis Enrique, Simeone o Luis Aragonés tardaron más de media temporada en empezar a mostrar resultados. La paciencia que no tuvo la prensa con ellos sí la tuvieron las directivas de turno, y los éxitos acabaron llegando. De esta forma, el factor campo perdió fuerza, y jugar en el Bernabéu podía generar al equipo local tanta presión como jugar fuera (lo que indirectamente resta presión a los visitantes).

 

4. La profecía autocumplida

Al final, se genera un efecto de retroalimentación en el que primero los jugadores no están contentos porque echan de menos a Ancelotti, esto les hace más escépticos con el nuevo método, los resultados se resienten, la prensa se hace eco, la afición se enfada, los resultados se resienten otra vez, los jugadores confirman que el método no funciona…

 

5. El efecto Zidane

Al final la directiva se retracta, sustituyendo al entrenador que sustituyó a Ancelotti por aquél que fue el segundo de Ancelotti… Zidane. Ahora, consiguiendo resultados similares, el equipo parece otro. Prácticamente toda la plantilla ha aplaudido públicamente esta decisión (siendo la situación contraria a la de Benítez, como hablábamos en el punto 1). Zidane no sólo es un entrenador con un estilo similar al del añorado Ancelotti. Además posee la credibilidad de ser una leyenda del fútbol y del club, lo que redunda en una mayor capacidad de liderazgo. Esta nueva situación de felicidad hace que, al menos de momento, el recuerdo de Benítez esté aún más empañado.

 

Por Jaime Marcos.

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