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Cada fin de semana se disputan una cantidad incalculable de competiciones en las que participan miles de niños y jóvenes. Es el día que los niños están esperando para hacer lo que más les gusta, es el momento para poner en práctica todo lo que han aprendido a lo largo de la semana junto con sus compañeros y sus entrenadores. Es un momento de máximo esfuerzo y entrega para intentar conseguir los objetivos que se han planteado. Además, es un día que los padres van al partido para ver los progresos que están llevando a cabo sus hijos. Es en este momento cuando podemos ver los tres protagonistas en la formación de nuestros jóvenes: el deportista, el entrenador y los padres.

Es imprescindible la comprensión y el respeto mutuo entre los padres y los entrenadores para que el joven deportista funcione bien. La ayuda, el apoyo, la motivación, el mensaje que transmiten los padres a sus hijos son de gran importancia para el niño, porque pueden ayudarle al chico a sentirse seguro y feliz en el campo, o pueden quitarle las ganas de seguir jugando al fútbol, por miedo a decepcionarles. Los padres siempre actúan con buenas intenciones, nunca quieren perjudicar a sus hijos, pero a veces, sin darse cuenta, cometen errores con los mensajes que les transmiten.

¡Padres positivos, hijos felices!

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[/one_half][/columns]A continuación se detallan algunos consejos para los padres que quieren reflexionar un poco sobre el tipo de mensaje le están transmitiendo a su hijo.

El niño, por un lado, tiene una idea de juego que el entrenador trata de inculcarle, y por otro, la versión de juego que le proporciona su padre.

Gritar directrices desde la banda, corregir a su hijo en el coche de camino a casa, incluso contradiciendo las indicaciones del entrenador, diciéndole a su hijo que no entiende por qué él no juega más tiempo cuando sus compañeros son peores que él, desacreditando la decisión del entrenador.

  • Este tipo de mensaje puede generar confusión en el niño y crear cierta presión. ¿A quién creen que debería obedecer su hijo?

Exigirle a su hijo que se entregue, transmitir garra, que se esfuerce, que se deje la piel en el campo, que compita como si le fuera la vida en ello.

  • Los padres se olvidan de algo muy importante: que ni su hijo es un jugador de Primera División, ni ellos son los entrenadores. Con este tipo de mensaje solo consiguen que su hijo pierda de vista los valores que transmite el club: generosidad, disfrute, aprendizaje del juego limpio por encima de competir a cualquier precio.
  • Respetad las decisiones de los entrenadores y limitaos a ser padres.
  • No critiquéis los errores de vuestros hijos, daos cuenta de que son niños y nada más, y suelen frustrarse con facilidad.
  • Apoyad, siendo un ejemplo para ellos. Solo entonces, mirando a los ojos de vuestros hijos, encontraréis ese brillo tan especial, esa ilusión, esas ganas de disfrutar junto con sus compañeros de ese momento tan mágico, que contagia a todos el espíritu deportivo – “El momento de JUGAR al fútbol”.

Quizás no serán Cristiano Ronaldo o Messi, pero no les quitéis los buenos momentos con el fútbol y sus compañeros.

Por Antonina Tsykova, estuante en prácticas de la UNED

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