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Resolución de conflictos: estrategias de afrontamiento

En nuestro día a día vivimos muchos conflictos sencillos o los percibimos a nuestro alrededor en la gente que podemos observar. La mayoría de esto son fáciles de gestionar, no requieren mucho esfuerzo y ni se perciben ni aparecen dificultades. Otros son más complicados de afrontar y requieren una percepción positiva del conflicto para evitar la violencia o inacción de una o ambas partes implicadas.

¿Cómo se generan los conflictos?

Para que haya un conflicto tienen que aparecer mínimo dos partes que se perciban como incompatibles o sean catalogadas como tal por un observador exterior.

La manera correcta de percibirlos, y de esta forma potenciar el bienestar es la siguiente:

  • Como reflejo de incompatibilidad objetiva a elaboración subjetiva: al ver una situación como conflictiva en muchas ocasiones pensamos que está mal ya que a nosotros nos lo parece como tal, y así debe ser para el resto. La realidad es que es necesaria una actividad subjetiva para que una situación sea catalogada como conflictiva, por lo que no se debe juzgar las elaboraciones de los demás a pesar de no ser como las nuestras. Si no entendemos que al igual que nosotros, la otra parte del conflicto también posee su elaboración subjetiva, esto dificultará la comunicación, escucha e intención de comprender la otra parte por lo que serán obstáculos directos contra la gestión del conflicto.
  • Como hecho posible a una realidad inevitable: estar concienciados de que los conflictos aparecerán en nuestras vidas nos permite aprender a afrontarlos para que no se expresen de manera violenta. Comprender que vamos a tener que enfrentarnos a conflictos en nuestra vida nos sitúa en una situación defensiva que aprovecharemos para estar preparados ante cualquier conflicto, sabiendo de antemano cuál es la mejor manera de gestionarlo. Por otro lado, como dijo Sherif, la propia pertenencia a un grupo predispone al conflicto, por lo que tarde o temprano tendremos que enfrentarnos a alguno por el mero hecho de pertenecer a uno o varios grupos sociales.  Además, siempre seremos defensores de nuestro grupo o grupos de pertenencia buscando una identidad social positiva, que nos favorezca a nosotros o al entorno social al que pertenecemos tratando de encontrar una aprobación o un “queda bien” con el resto de personas.
  • Como un hecho negativo a una oportunidad: si un conflicto se afronta con procedimientos constructivos en lugar de destructivos, será positivo y permitirá mantener relaciones con la otra parte además de un mayor razonamiento para la obtención de los objetivos de ambas partes. También podemos catalogar un conflicto como positivo si modifica una situación de poder, eliminándola en lugar de que la perpetúe. En lugar de ver un problema como algo que tenemos que esquivar o superar y dejar de atrás, será útil observar el conflicto como una oportunidad de desarrollo personal, de aprendizaje para otros futuros conflictos y la posibilidad de eliminar situaciones de abuso de poder y/o autoridad en la que una de las dos partes se ha visto perjudicada.
  • Como problema innecesario a una necesidad: Karl Marx propone el conflicto como motor de la evolución histórica y pone su origen en las relaciones intrínsecamente conflictivas, lo define como generador del cambio social. Por ejemplo, las parejas que residen en un mismo domicilio viven un constante conflicto de muy poca identidad al estar en peligro de perder la independencia y someterse a roles disfuncionales como una esposa sumisa o un marido acabado. Otro ejemplo aparece en el desarrollo de los niños y niñas, anteriormente había muchas prohibiciones y limitaciones, ahora es más común que dejar que el niño o niña sea él o ella mism@, permitiéndoles enfrentarse a sus propios conflictos que aparezcan a lo largo de su desarrollo. Las organizaciones y empresas no se quedan atrás ya que el cambio para ellos es una necesidad, se encuentran en un constante conflicto con el exterior al que tienen que responder y dar servicios, por lo que a cada cambio de este tendrán que adaptarse para seguir en la competencia.

Resolución de conflictos

Todas estas maneras de afrontar los conflictos definirán nuestra estrategia de gestión de estos mismos ya que los puntos anteriores enfocan todos la misma idea: pasar de la resolución tradicional de los conflictos, arreglarlos, eliminarlos y dejarlos atrás, logrando una gestión de los mismos, mediante cooperación, integración, armonía, etc. Los conflictos no se eliminan, sino que permanecen en nuestras vidas con diferente intensidad, por lo que no sirve de nada darlos por resueltos y olvidados, sino que debemos convivir con ellos gestionándolos de la mejor manera posible. Debido a la imposibilidad de gestionar los conflictos en algunas ocasiones, se ha profesionalizado este campo surgiendo la mediación como campo profesional de la psicología que se encuentra en un gran crecimiento.

Por Sergio Palomo Rumschisky

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