La influencia de la Segunda Guerra mundial hizo que la Psicología se consolidara como una disciplina centrada en los aspectos negativos y patológicos. La psicología estaba orientada a la reparación de daños; sin embargo, en los últimos años se ha producido un cambio en la investigación en psicología.
La Psicología Positiva aborda este cambio de enfoque y lo dirige a abordar los aspectos positivos y las fortalezas del ser humano para prevenir los aspectos patológicos.
En este artículo nos centraremos en una de las fortalezas de las personas, la gratitud. La gratitud se define como el estado asociado a la sensación de que hemos recibido un beneficio personal que se debe a las buenas intenciones de otra persona. Para algunos autores, la gratitud es además una fortaleza que permite que otorguemos un significado a nuestra vida.
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La importancia de la gratitud en la Psicología Positiva
La gratitud era un campo exclusivo de la filosofía y la teología hasta que empezaron a realizarse estudios científicos de los aspectos que permiten nuestro desarrollo y progreso. De esta manera, la Psicología positiva introduce a la gratitud como una fortaleza psicológica.
Las investigaciones nos ofrecen datos sobre que relacionan la gratitud con emociones positivas, satisfacción vital, optimismo, esperanza, vitalidad y percepción de felicidad. Por otra parte, se observa una asociación negativa con la depresión, ansiedad y envidia. Cuando tomamos el agradecimiento como un valor importante en nuestra vida conseguiremos tener un menor riesgo de desarrollar desórdenes patológicos como la ansiedad, la depresión o abuso de sustancias. Por lo tanto, la gratitud representa una habilidad importante para mantener niveles adecuados de bienestar emocional, satisfacción vital y calidad de vida.
La gratitud es importante para crear vínculos interpersonales, desarrollar estrategias de afrontamiento de la enfermedad y es el factor principal de la resiliencia. La gratitud se conecta con la bondad, la belleza, la esperanza y el humor para reducir la angustia. La capacidad de ser agradecidos nos permite identificar los aspectos positivos que nos han ocurrido en nuestra vida.
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El uso del agradecimiento como fuente de bienestar
Los estudios demuestran que cuando realizamos actividades de agradecimiento en nuestro día a día el aumento de bienestar es significativo. Proponemos algunas actividades de agradecimiento:
- Agradecer tres hechos positivos que nos acurran en el día.
- Escribir cartas de agradecimiento a las personas que son importantes para nosotros.
- Elegir fotos de situaciones que nos hacen estar agradecidos y escribir detrás por qué sentimos gratitud en la foto.
- Dar gracias antes de dormir por el día de hoy
Las experiencias que nos aportan estos ejercicios como la lectura de una carta de agradecimiento a su destinatario despiertan intensas emociones positivas.
Cuando encontramos algo por lo que estar agradecido ocurren pequeños cambios fisiológicos y beneficiosos. Estos son el descenso de los niveles de la hormona del estrés (cortisona), fortalecimiento del sistema inmunológico, mejor flujo sanguíneo y aumento de oxígeno en los tejidos.
En conclusión, agradecer de forma auténtica y sincera nos abre las puertas a la felicidad, a la salud tanto física como mental y al bienestar.
Por Paula Ortega Pérez