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La agresividad en el deporte: ¿atrae o se condena?

En la actualidad podemos observar en numerosos deportes la cantidad de acciones agresivas que hay , ya sea de un deportista hacia otro o de esa persona en contra de cual objeto o mobiliario. Sin embargo, si ahora preguntásemos a los aficionados si están de acuerdo con la agresividad dentro del deporte es muy probable que una gran mayoría se opondría a esa clase de conductas, pero ¿por qué seguimos viendo en competiciones deportivas este tipo de conductas? ¿si tan mal visto están, por qué los deportistas siguen realizándolas?

¿Qué es la agresividad?

Según la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la agresividad es “un estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto, pretender herir física o psicológicamente a alguien”. Para que se dé lugar a tener conductas agresivas debe haber una serie de factores que se asocian con esos desajustes del comportamiento en la persona. Es importante saber que por cada acto violento que se produce hay múltiples causas que la desencadenan, que se pueden clasificar en variables personales como las habilidades de la persona o su predisposición fisiológica, y en variables ambientales como el contexto cultural, el entorno físico inmediato o la presencia de medios para generar el daño.

Agresividad en el deporte

La agresividad en entornos de competición deportivas no es algo que haya surgido hace unos pocos años, sino que su historia viene desde años atrás. Historiadores afirman que en la Antigua Grecia todos los eventos físico-competitivos eran mucho más violentos que los deportes actuales. En aquellos tiempos dar patadas o morder estaba permitido y normalizado. Incluso la violencia no se mostraba solo entre los deportistas sino también entre los aficionados.

Hoy en día esos actos violentos se condenan, y se encuentra penalizada en la gran mayoría de deportes, pero se siguen produciendo. No nos vamos a muchos años atrás para poder poner un ejemplo de acto violento, recordemos el día 6 de septiembre de 2020 en el torneo US OPEN, el número 1 en ese momento, el tenista Novak Djokovic, golpeó a la jueza de línea con una pelota en el cuello. Todo esto sucedió debido a que Djokovic perdió el punto que suponía el “break” del contrincante. Debido a esto el tenista devolvió la pelota con furia y rabia provocando accidentalmente ese golpe a la jueza. Otro suceso, pero en este caso en el ámbito del futbol fue el famoso mordisco del futbolista Luis Suarez a Chiellini en el Mundial de Brasil del 2014 en pleno partido, todo ello en una acción dividida  incitando a Suarez a atacar por la espalda a su adversario.

Estos acontecimientos fueron condenados por parte de los responsables de cada competición, puesto que a día de hoy se fomenta el juego limpio, incluso se han creado varias normas que penalizan esos actos violentos. Pero ¿socialmente qué opiniones tenían los aficionados? En el primer ejemplo, tras el golpe a la jueza, el tenista fue descalificado, pero hubo diversas opiniones, entre ellas el exceso de la penalización, incluso muchos decían que era descabellado descalificarle solo por la imagen que tenía, el ser el número uno del mundo. Los argumentos se basaban en la intención del tenista, que era ninguna puesto que fue un accidente. Sin embargo, muchos otros lo achacaron a que, si no se hubiese puesto violento ni agresivo al perder el punto, no hubiese lanzado de forma fuerte y violenta la pelota. Con respecto al mordisco del futbolista se castigó con una multa bastante elevada y con suspensión del jugador durante cuatro meses, pero por parte de los aficionados fue el centro de burlas y memes, no para castigarle mediante la opinión pública, sino riéndose de la situación porque el mordisco era considerado gracioso.

Pero la gran pregunta es ¿por qué se da violencia en el deporte en general? ¿qué motivos hay para que se sustente?

La agresividad sucede debido a la frustración, idea que defienden varios autores. Pero la frustración de perder un partido de futbol o el hecho de haber jugado mal no tiene porque llevar a tener agresión contra el rival. Aún así, la frustración aumenta la predisposición para cometer agresión, aunque luego no se llegue a realizar.

Otra de las principales causas que mantiene el comportamiento agresivo en el deporte es el reforzamiento vicario. Esto consiste en la repetición de esos comportamientos que se han visto en otros jugadores del mismo deporte que han recibido recompensa. Y. por último, el razonamiento que realice el jugador. Un comportamiento violento o no  denominado razonamiento moral, pero algo que ocurre en el contexto deportivo es que ese razonamiento se ve reducido. Además, un factor importante también son lo seguidores extremistas, que suelen ser los que generan la violencia.

En resumen, el deporte es un contexto en el que en la mayoría de los casos se produce un contacto físico entre los adversarios, las emociones se magnifican y el razonamiento queda en un segundo plano. El que estos deportes vayan acompañados de conductas agresivas es lo que preocupa. Hay motivos que provocan esos picos de agresividad durante eventos competitivos y también que se sigan produciendo a día de hoy aun habiendo impuesto varias penalizaciones en contra de estos actos.

Por Lucía Ruíz

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