Con la aparición de los eSports o videojuegos multijugador, se cambió la manera tradicional de relacionarse entre los gamers (jugadores), pudiendo jugar cada uno desde sus propias casas, sin necesidad de tener que estar todos alrededor de un mismo televisor o de una mesa y hablando a través de un chat de texto o chat de voz. También se ha modificado lo de jugar únicamente con los amigos, puesto que se puede jugar prácticamente con cualquier persona del mundo que use el mismo juego.
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El trabajo de la Psicología Deportiva en los eSports
Son muchas las personas que le dedican su tiempo a este tipo de juegos electrónicos online, ya sea en su tiempo libre para pasar el rato y divertirse (siendo un mero entretenimiento), o para entrenar e intentar ser uno de los mejores (alto rendimiento). Esto último estaría enfocado al juego competitivo profesional de gran popularidad a día de hoy, conocido como los eSports (deportes electrónicos). Los eSports son definidos como un área más de las actividades deportivas, en la que las personas desarrollan y entrenan sus habilidades mentales o físicas, a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
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Con estos juegos, se crean aparte grupos en redes sociales, páginas webs, foros y reuniones presenciales. De tal forma, consiguen fomentar las relaciones sociales entre los jugadores profesionales y también entre los aficionados. Al ser comunidades grandes, realizan estas actividades sociales ajenas al juego. Muchos juegos, al requerir de otras personas para alcanzar los niveles más difíciles o simplemente, porque requiere de un número determinado de jugadores por cada equipo, resulta imprescindible que se comuniquen entre ellos para hacerlo de la mejor manera posible. Esto se consigue mediante un flujo constante e intenso de comunicación virtual.
Estos deportes electrónicos crean gran expectación y seguidores, generando enormes comunidades, pasando a ser puro espectáculo en algunas ocasiones, llenando estadios y retransmitiendo para una gran cantidad de aficionados. La presión que sienten los deportistas competitivos de cualquier deporte, también se reflejan en el mundo de los eSports, puesto que manifiestan el estrés producido por tener que dar el máximo en todo momento, siendo vistos por miles e incluso millones de espectadores. Los duros entrenamientos destinados a perfeccionar la técnica, mejorar las capacidades físicas y cognitivas para que alguien pueda ocupar un puesto dentro de los equipos (existen canteras en los equipos profesionales), además de la presión que ejerce la competición, son factores a tener en cuenta en el entrenamiento psicológico de los gamers.
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Cabe señalar también, la importancia que tiene una alta tolerancia al “burnout”, a la hora de competir. El burnout es un síndrome derivado del agotamiento y la incapacidad de la gestión emocional, que se produce ante circunstancias que exigen rendimiento, enfocándose en el agotamiento, falta de sensibilidad en el trato social y una peor visión de sí mismos. Para combatir este síndrome perjudicial para cualquier tipo de competición, es bueno mejorar el autocontrol emocional o “frialdad” con el que los gamers se enfrentan a la competición, pues se trata de un magnífico recurso para obtener los mayores niveles de rendimiento posibles, y sirven como protección contra el “burnout”.
Se puede apreciar la importancia que han adquirido los eSports en los últimos tiempos, llegando cada vez a más público y como consecuencia, la necesidad de tener ciertos controles en los jugadores competitivos para que puedan alcanzar su mayor nivel de rendimiento y no caigan presa del estrés y el burnout. También se ha mostrado que ayudan a socializar con otras personas por la vía virtual, ya sea debido a necesidades competitivas o ante la gran audiencia que esto conlleva.
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Todo jugador puede mejorar centrándose en los puntos fuertes que tiene y aferrándose a ellos, lo que ayudará a combatir cualquier amenaza y les hará mejores para afrontar los retos que les plantee su futuro profesional en el mundo de los e-Sports.
Por Sergio Gómez