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¿Es el Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) más habitual en deportistas?

La buena alimentación es esencial en cualquier persona, sin embargo, los deportistas tienen que prestar especial atención a sus hábitos alimentarios puesto que esto puede ayudarles a mejorar su rendimiento. Una mala alimentación puede reducir su productividad así como desembocar en problemas de salud como el Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA).

Los deportistas de élite son sometidos a muchas presiones con respecto a tener el cuerpo ideal y este pensamiento, junto con otros factores (como las actitudes de sus entrenadores, una baja autoestima, una excesiva autoexigencia o unas relaciones sociales tomentosas) puede llevarles a seguir una dieta anómala o a obsesionarse con la idea de reducir al máximo su peso o aumentar su musculatura, derivando en muchas ocasiones en trastornos alimentarios. 

¿Qué es el Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) y qué tipos lo componen?

El Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA) es un trastorno caracterizado por la necesidad de controlar o reducir el peso corporal. Las conductas llevadas a cabo por las personas para disminuirlo suelen ser la restricción de alimentos, el aumento del ejercicio físico o las conductas purgativas (Morillas et al, 2022). Existen tres tipos de TCA: la anorexia, la bulimia y, añadido recientemente, los atracones.

La anorexia se caracteriza por la preocupación excesiva por la comida y la inanición voluntaria. Estás personas presentan conductas orientadas a la pérdida de masa corporal que se consigue a través de dietas, comportamientos purgativos (autoinducirse el vómito, uso de laxantes o diuréticos) o con excesivo ejercicio físico. Además, presentan un gran temor a ganar peso y tienen una visión errónea sobre la forma de su cuerpo (Kring & Johnson, 2019).

Por otro lado, la bulimia se caracteriza por la consumición excesiva de comida, mucha más que cualquier persona comería en un periodo muy corto de tiempo, seguida de comportamientos compensatorios. Una vez que estos atracones finalizan la persona siente disgusto, malestar y miedo a ganar peso lo que provoca la aparición de conductas purgativas. Asimismo, durante estos episodios, expresan la pérdida de control sobre la situación y sobre su cuerpo. Los atracones vienen precedidos de situaciones de estrés, ansiedad o emociones negativas o incluso situaciones sociales percibidas como negativas por la persona (Kring & Johnson, 2019).

¿Cuál es la diferencia entre la anorexia y la bulimia? (Rovira, 2022).

  • Una persona con anorexia pierde una gran cantidad de peso, en cambio, una persona con bulimia no suele perderlo o mucho menos.
  • En la anorexia no se tienen porque dar conductas compensatorias, a diferencia de en la bulimia que es un síntoma característico.
  • En la bulimia se producen episodios de atracones, lo que no sucede en la anorexia.

Finalmente, el trastorno por atracón se caracteriza por una recurrente, excesiva y rápida consumición de alimentos y la pérdida de control sobre la situación pero sin conductas compensatorias (a diferencia de la bulimia), estas personas presentan sentimientos de disgusto y malestar ante estos episodios. Al igual que en la bulimia, los atracones ocurren al menos una vez a la semana durante unos tres meses (Kring & Johnson, 2019).

Los deportistas y el Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA)

El ámbito deportivo es un lugar de aprendizaje, disfrute y socialización pero para un gran porcentaje de deportistas se puede convertir en un espacio de estrés no sólo por sus propios pensamientos y sensaciones sino también por la información que recibe de sus compañeros, sus entrenadores y sus familiares. Al igual que en la población no deportista, el TCA puede aparecer por una serie de variables tanto genéticas (como la predisposición), como a nivel psicológico (discrepancias entre el cuerpo ideal y el propio, personalidad caracterizada por la rigidez, inflexibilidad, perfeccionismo, excesiva autoexigencia o necesidad de control o baja autoestima) o a nivel social (relaciones sociales tormentosas) (Defeciani, 2016).

Morillas et al (2022) estudiaron la prevalencia de estos trastornos en la población normal en comparación con los deportistas de alta competición y encontraron que la proporción de personas, de la población no deportista, que padecía TCA era de un 1% y la de los deportistas de un 50%. De acuerdo con estos datos, se trata de un grupo de trastornos que afecta en mayor proporción a los deportistas.

También se ha estudiado si es mayor la proporción de mujeres (como en la población general) que lo presentan en comparación con los hombres. Y, efectivamente, los datos son muy similares, existen más casos documentados de mujeres deportistas con TCA que de hombres (Morillas et al. 2022). No obstante, esto puede deberse a que la población femenina suele buscar más la ayuda profesional que la masculina (Kring & Johnson, 2019).

¿Son los comportamientos alimentarios anómalos de las mujeres y los hombres deportistas iguales? Defeciani (2016) estudió cuáles son las conductas características de los atletas masculinos con problemas de conducta alimentaria y encontró que entre ellos era más habitual la ingesta de drogas para mejorar su rendimiento, laxantes o diuréticos, aumentaban la cantidad de ejercicio que hacían y realizaban conductas restrictivas (como la inanición). Por otro lado, los comportamientos que seguían las mujeres deportistas estaban destinados a la reducción de peso a través de conductas purgativas (provocar el vómito o consumo de laxantes) y/o restrictivas (como reducir la ingesta de alimentos) (Kring & Johnson, 2019). También se encuentran diferencias a la hora de expresar la preocupación por sus cuerpos, las mujeres se obsesionan más con la pérdida de peso y los hombres con ganar músculo (Defeciani, 2016).

En conclusión, los TCA son más habituales entre los deportistas de élite que entre la población general, también se presenta más entre la población femenina que entre la masculina siendo muy similares los comportamientos anómalos que realizan en torno a la alimentación. Finalmente, ser deportista es un factor de riesgo para la aparición y desarrollo de un TCA pero no un determinante, es decir, un atleta tiene más probabilidad de desarrollar un trastorno de alimentación que una persona que no lo sea.

Por Irene Velasco Pérez

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