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Como todo en la vida, la actividad física es buena en su justa medida. Si nos «pasamos de la raya», podemos sufrir las consecuencias de un exceso de deporte. Por tanto, es fundamental tener claro qué deporte elegir, cómo desarrollarlo y lo más fundamental, para qué queremos hacerlo, es decir, cuáles son nuestros objetivos. En este artículo centraremos la mirada en esos deportistas amateurs que de la noche a la mañana han decidido practicar un deporte como por ejemplo el running, y se han puesto a entrenar ‘como locos’ para alcanzar un resultado.

Consecuencias del exceso de deporte

¿Cuándo la actividad física deja de ser sana?¿Cuándo el deporte comienza a «quemarnos»?. Son varios los factores que pueden determinar el abandono de la práctica deportiva convirtiéndose ésta en una verdadera pesadilla, olvidando realmente la esencia y los beneficios que nos aporta la actividad física. A continuación, exponemos diferentes causas que hacen que las personas conviertan el deporte en un perjuicio más que en un beneficio:

1. Obsesión

Una mala gestión de nuestra actividad deportiva puede acabar en trastornos como la bulimia, la anorexia o la vigorexia (obsesión por el estado físico). Suelen acarrear bajos estados de ánimo debido a una excesiva preocupación por la propia figura, por lo que ven y pensarán los demás. Una visión distorsionada de sí mismos. Esta dificultad suele conducir, como hemos dicho antes, a problemas de salud tanto mentales como físicos (lesiones).

2. Profesional vs Amateur

Compertir como si no hubiera un mañana, como si le fuera la vida en ello. Este tipo de actitud suele darse en el mundo de las carreras populares o en el running amateur. Los deportistas se preparan semanalmente con entrenamientos excesivamente exigentes que simulan los que hacen los deportistas de alto rendimiento. Estos corredores, no profesionales, realizan jornadas de muchos kilómetros, horas de gimnasio y una dieta generalmente no dirigida por un profesional.

3. Cantidad vs Calidad

El afán de pensar de que cuánto más tiempo entrene uno, más fuerte se pondrá y mejor preparado estará para afrontar la competición. Es una creencia errónea que puede conllevar consecuencias negativas tales como fatiga o una lesión muscular. Para solventar dicho problema es importante acudir a un preparador físico que nos diseñe un plan de entrenamiento adaptado a nuestras necesidades y a nuestras capacidades físicas. No está de más llevar a cabo un proceso de Coaching Deportivo con un profesional de la psicología que acompañe a ese entrenamiento somático.

4. Sobreentrenamiento vs Descanso

Reposar es también una forma de entrenar aunque muchos deportistas no lo crean o no lo vean tan necesario. Cuando destinamos un periodo de tiempo a dormir o simplemente a relajarnos, el cuerpo recupera energía gracias, por ejemplo, a la respiración. Con la ingesta de oxígeno conseguimos una mayor fluidez en la sangre y con ella un mayor equilibrio físico donde los músculos «recargan las pilas» para estar preparados de cara a afrontar un nuevo entrenamiento físico. Dormir ocho horas no sólo evitará posibles sobrecargas o lesiones musculares sino que además, será fundamental de cara a alcanzar la meta deseada.

5. Rendimiento vs Resultado

A todos cuando competimos nos gusta ganar, mejorar nuestra marca, hacer más goles, etc., es decir, cumplir un objetivo de resultado, ¿a quién no?… La cuestión es cómo voy a conseguirlo. Es aquí cuando hablamos de objetivos de rendimiento. En el caso del running, la mayoría de deportistas amateurs entrenan cumpliendo marcas, creen que con sólo conseguir el tiempo que ellos mismos se han marcado en los entrenamientos, conseguiran alcanzar la marca deseada en la competición. Efectivamente, puede ser real, nadie dice que no. Lo que sí está comprobado es que cuanto más se incida en trabajar objetivos de rendimiento, mayor será la posibilidad de alcanzar objetivos de resultado. Aprender a controlar la respiración para correr a unas determinadas pulsaciones y bajarlas en los periodos de descanso es uno de los principales objetivos que ayudan a lograr mejores tiempos en los entrenamientos, y por supuesto, en la competición.

Por tanto, es importante aclarar que un exceso de deporte conllevará consecuencias físicas y mentales negativan por lo que debemos reclacar que la actividad deportiva es buena cuando nos ayuda a crecer y a desarrollarnos como personas. Disfrutar practicando nuestro deporte favorito debería ser nuestra primera motivación, nuestro primer objetivo. La actividad física nos debe aportar, ante todo, bienestar y satisfacción. La competición podemos entenderla como un premio a nuestro rendimiento, a nuestro entrenamiento diario. Si la actividad física que practicamos, nos enseña valores para la vida, tales como la superación, el compañerismo o el respeto, entonces sí que podremos estar hablando de deporte como filosofía de vida.

Por Fernando Callejo

@9_Nanox

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