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¿Cómo afectan los filtros de Instagram a la salud mental?

Las redes sociales forman parte de nuestro día a día, convirtiéndose en un espacio en el que formamos y construimos relaciones, desarrollamos nuestra propia identidad y que nos permiten expresarnos y conocer el mundo en el que vivimos. Actualmente Instagram es una de las redes sociales más populares a nivel mundial. Esta aplicación permite a sus usuarios subir imágenes y videos con múltiples efectos fotográficos como efectos, filtros, colores… para posteriormente compartir esas imágenes en dicha plataforma o en otras redes sociales.

¿Cómo nos afectan psicológicamente los filtros de Instagram?

Entre esos filtros que nos ofrece Instagram encontramos los que juegan con los colores y la luz de la imagen, efectos que no convierten en un tierno animal, efectos divertidos, como los que nos agrandan la nariz o convierten nuestra cara en un cuadrado o aquellos que eliminan todas nuestras imperfecciones y nos convierten en modelos de pasarela. En relación a estos últimos, ¿alguna vez te has preguntado cómo puede repercutir su uso excesivo en nuestra salud mental?

Las imágenes poco realistas producto de estos filtros pueden hacer que los jóvenes (que, recordemos, son los usuarios que más tiempo invierten en las redes sociales, especialmente en Instagram) experimenten una disminución de su autoestima, y como consecuencia, busquen ese perfeccionismo irreal que promueven los filtros. Todo esto puede llevar al desarrollo de trastornos de ansiedad, e incluso a depresión. En esta línea, un estudio llevado a cabo por Dove, donde se evaluó el impacto negativo de esta edición excesiva de fotografías entre el público femenino, arrojó que el 23% de las encuestadas no se ven lo suficientemente bien si no editan sus fotografías, y que un 20% se sienten decepcionadas por no tener en realidad el aspecto que lucen en sus fotos de redes sociales. Y lo que es más impactante, un 69% de las menores de edad afirma que intenta cambiar alguna parte de su cuerpo al tomarse una foto, editando partes de su cara, piel, labios o abdomen. De todas ellas, un 63% se sienten frustradas al no verse de la misma manera que en las fotos, reconociendo que no se sienten orgullosas de su imagen física real.

Estos datos solo son un ejemplo que refleja la peligrosidad de los filtros, que nos conduce a la exigencia de cumplir un tipo de ideal muy alejado de la realidad. Esto puede generar complejos e incluso rechazo hacia nuestra propia imagen, y como comentábamos, frustración al no conseguir ese canon de belleza. En este sentido, la profesora Phillipa Diedrichs, psicóloga investigadora y experta en imagen corporal, explica que “aunque ciertos aspectos de las redes sociales pueden fomentar la conexión y el bienestar, en los últimos años, decenas de estudios científicos han demostrado que las redes sociales pueden influir negativamente en la confianza en el cuerpo, el estado de ánimo y la autoestima”. Esto sucede cuando los usuarios pasan mucho tiempo publicando selfies, utilizando aplicaciones de edición y filtros para alterar su apariencia, comparándose con otros y buscando validación a través de comentarios y likes.

El descontento con el cuerpo y la búsqueda de esos rasgos que proporcionar los filtros, ha llevado a un gran incremento de la demanda de medicina estética, donde cada vez más son las consultas de personas que solicitan una operación que le acerque al look que le proporcionan algunos filtros de Instagram; demandando narices más estrechas, rostros más afinados, labios más gruesos o cejas más elevadas. Los cirujanos indican que los usuarios ya no se comparan con modelos, actores o personajes públicos, sino con una visión distorsionada de ellos mismos por estos filtros.

¿Qué problemas podemos encontrarnos con los filtros?

En resumen, el abuso de los filtros conlleva los siguientes problemas:

  1. Aumento de inseguridades y complejos
  2. Disminución de la autoestima
  3. Búsqueda patológica de perfeccionismo
  4. No aceptación/rechazo de la imagen corporal
  5. Pensamientos obsesivos sobre retoques estéticos
  6. Ansiedad y depresión

Por tanto, es imprescindible que ayudemos a los usuarios de estas redes sociales, especialmente a los jóvenes, a desarrollar habilidades para hacer un uso sano y productivo de las redes sociales, y sobre todo, proporcionar herramientas que les permitan aceptar su imagen corporal y ver los filtros como lo que son; simples herramientas alejadas de la realidad.

Por Noelia Bermúdez

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