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¡ESTO ES BULLYING!

Un empujón que se repite.
Una apodo que denigra.
Un insulto cada vez que las órdenes del agresor no son cumplidas.

Por lo general se lleva a cabo por varios niños y no paran hasta que uno esté: amenazado, dañado, robado, humillado, ridiculizado delante de otros y finalmente excluido del grupo y totalmente indefenso.

BULLYING no distingue clase social, raza, religión o sexo, tampoco el contexto: casa, urbanización, el patio escolar, el club deportivo, etc.

BULLYING afecta directamente a niños en etapa de crecimiento, su convivencia, su formación y sobretodo la búsqueda de su identidad.

Todavía muchos padres no saben realmente lo que es, lo consideran como “cosas de chicos” o “hay que aprender a defenderse”, por eso no entienden el sufrimiento de sus hijos, ni como manejarlo, ni tratarlo. La mayoría de los padres piensan, que si su hijo es victima del bullying, se lo contaría.

Pero lo que no saben, es que el BULLYING es una agresión “muda que se sufre en silencio y del cual muchas veces no se puede escapar. El niño cree que es culpable y siente vergüenza por lo que le sucede y por eso no lo cuenta a nadie. No se trata de falta de confianza con sus padres o de que ellos no hayan sabido crear un entorno comunicativo adecuado.

Cómo detectar si nuestro hijo o hija sufre bullying

Detectar BULLYING es de vital importancia para la salud psicológica y física de nuestros hijos. La herida en el cuerpo sana rápidamente pero sus consecuencias a nivel emocional son más profundas y necesitan más tiempo para cicatrizar. Por desgracia, no nos enfrentamos a un enemigo fácil tanto de detectar como de batir. No existen recetas de éxito seguro, solo indicadores que nos pueden poner en alerta:

  • Puedes notar que el niño está triste y apagado o más irritable y ansioso.
  • Puede experimentar problemas para conciliar el sueño o tener pesadillas.
  • Lo más habitual es que su apetito disminuya.
  • Puede negarse a ir al colegio, inventando enfermedades.
  • Regresar del colegio con sus objetos dañados.
  • Disminuye su rendimiento académico, contacto con sus compañeros, así como el abandono de actividades que antes le agradaban.

Si notas algunos de estos signos, puede ser que tu hijo esté sufriendo BULLYING. En este caso no debes de esperar que presente dificultades más serias desde el punto de vista emocional o en su comportamiento, se recomienda que pidas ayuda profesional desde el primer momento. La meta será potenciar las habilidades sociales del niño para lograr que responda de manera asertiva ante los problemas.

¡El asunto no es evitar caer, sino saber levantarse cuando la caída llegue!

Por Antonina Tsykova, estuante en prácticas de la UNED.

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