Ahora que llega el calor empezamos a deshacernos de la ropa de lana, abrigos… y comenzamos a ponernos prendas veraniegas con las que nuestra silueta se puede ver más. Todo ello viene acompañado de anuncios con productos adelgazantes, dietas milagro… y empieza la llamada “operación bikini” en la cual la gente empieza a tener prisa por tener el cuerpo perfecto de la modelo que sale en la tv, que siendo realistas está totalmente retocada con photoshop y esa imagen que nos muestran es irreal. Comenzamos con los pensamientos que debilitan nuestro autoestima tipo: “tengo tripita, me tengo que quitar un par de kilitos que me sobran…” y realmente me pregunto, ¿es ahora cuando nos damos cuenta de ese kilo que engorde hace unos meses? O… ¿A pesar de todo, estoy a gusto conmigo mismo?
El autoestima: ¿Cómo podemos trabajarla?
Está fenomenal que queramos cuidar nuestra salud haciendo deporte y cuidando nuestra alimentación, todo ello es algo muy saludable y necesario para nuestro organismo, sin embargo el “pero” comienza cuando esto sólo lo hacemos en determinadas épocas del año y no hay una continuidad, cuando comienzan las obsesiones y nos bombardean por todas partes con mensajes como “llega el verano y tienes que lucir una silueta ideal…” y el objetivo final no es la salud, sino lucir el cuerpo “perfecto”.
Debemos cuidarnos, por supuesto que sí, pero ¡ojo! siempre desde nuestra propia voluntad, porque nosotros queramos, y no porque nos minen nuestra autoestima. Cada persona es como es, y como alguien dijo alguna vez “sobre gustos no hay nada escrito”. La perfección no existe, y al fin y al cabo, ¿qué es el físico?, un simple envoltorio, algo que está en continuo cambio, que envejecerá; lo que vale es nuestro interior, cómo somos, cómo nos comportamos con los demás, en resumen, nuestra esencia, nuestra forma de ser y personalidad.
Centremos nuestra atención en ser buenas personas y disfrutar de las cosas que la vida nos brinda y que nosotros mismos nos ganamos.
Seamos felices con nosotros mismos. Aprende a quererte y sino sabes cómo hacerlo, busca a alguien que te enseñe.
Por Arancha Hidalgo