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7 hábitos para mejorar nuestro bienestar y equilibrio emocional

Vivimos en un mundo en el que todo son prisas, vivimos rápido y apenas nos tomamos tiempo para nosotros mismos. Quien no se sienta identificado con esta frase, ¡que tire la primera piedra!. Vivir de esta manera, no nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida, ni a disfrutar del momento presente, por lo que muchas veces nos sentimos perdidos, como si no nos encontrásemos a nosotros mismos. Esta forma de vivir afecta a nuestro equilibrio emocional, bienestar físico, mental y social

Para encontrarse a uno mismo, es importante trabajar en ello y requiere de esfuerzo y voluntad. Para ello, es muy beneficioso adoptar una serie de hábitos diarios que consigan evitar la fatiga emocional. Sólo se trata de unos minutos para conectar contigo mismo y mejorar tu espacio mental. Y cuando cambias tu mente, cambias tu manera de ver y afrontar el mundo. 

¿Qué significa la palabra Salud?

Durante muchos años, la mayoría de las personas entendíamos el concepto de salud como “la ausencia de enfermedad”. Sin embargo, la OMS a mediados del siglo XX cambió su definición por “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”

En este artículo queremos darte unos consejos para mejorar tu salud mental. Para ello, es importante mantener un buen bienestar mental, basado en el reconocimiento y aceptación de las emociones. Además, sentir comodidad ante ellas incluso en ocasiones en las que éstas sean desagradables. 

Una buena autoestima, capacidad de adaptación ante los cambios que se presentan y la resolución de conflictos también ayudan a mantener un buen equilibrio emocional y por ende, disfrutar más y mejor de la vida. 

7 claves para mejorar tu bienestar mental

1. Mantente activo, mantén un cuerpo sano 

Mente y cuerpo funcionan de manera recíproca, por lo que, mantener un estilo de vida activo, practicando deporte y evitando la sedentariedad, además de consumir alcohol y tabaco mejorarán tu estado anímico y aumentarán tu energía diaria.

2. Pasa tiempo en la naturaleza

Siempre que sea posible, intenta conectar con el mundo exterior mediante la naturaleza. Pasear por el campo, la playa o un parque conseguirán ayudarte a rebajar la fatiga emocional de las ciudades y del día a día. 

3. Respira y focaliza tu atención

Realizar Mindfulness o ejercicios de respiración, centrando nuestra atención en el momento presente, aunque sea durante diez minutos al día es muy beneficioso para nuestro cuerpo y mente. Nos ayuda a combatir la ansiedad y el estrés diario, aportándonos calma, serenidad y una mayor claridad mental. De esta manera, conseguiremos detectar el estrés y la ansiedad en sus primeras etapas. Además, ayuda a disminuir los niveles de la hormona del estrés en sangre, llamada cortisol. 

4. Expresa lo que sientes 

Con ello no nos referimos únicamente a expresarte mediante la comunicación verbal, existen muchas otras maneras de hacerlo, como por ejemplo mediante el arte y la música. Guardar unos minutos de tu día para dibujar, escribir, cantar o tocar algún instrumento puede mantenerte emocionalmente equilibrado. 

5. Observa tu diálogo interno

En la mayoría de las ocasiones, las personas desarrollamos un diálogo interno negativo en vez de positivo. Debido a ello, los pensamientos negativos se instalan en nuestra mente, provocando un menor rendimiento físico y mental, además de ansiedad, estrés, baja autoestima, etc. Por lo que debemos tratar de ser conscientes de nuestro diálogo interno y cambiar nuestra tendencia de pensamiento hacia el lado positivo, esto tendrá un efecto contrario y mejorará nuestra autoestima y rendimiento, entre otras.

6. Cuida y observa tus relaciones 

Mantén tu entorno y las personas que te rodean lejos de los malos rollos y vibraciones. Debemos diferenciar las personas que nos ayudan a crecer y nos hacen bien de aquellas que no lo hacen. Las relaciones tóxicas tienen efectos negativos en nuestra salud física y emocional.

7. Agradecimiento y compasión 

Siempre hay motivos por los que estar agradecidos. Por ejemplo, tener una cama donde dormir, una manta con la que resguardarnos del frío, caminar, poder respirar, etc. Encuentra algo que sea gratificante para ti y agradécelo. Además, debemos ser más compasivos con nosotros mismo en vez de ser tan exigentes. La actitud con la que afrontamos el día a día determinará nuestro bienestar emocional.

Por Lucía López Navarro

@lucialopeznv

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