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4 maneras de mejorar tus relaciones sociales para ser más feliz

Las personas somos seres sociales y por ende, nuestro bienestar depende en gran parte de nuestras relaciones interpersonales. Martin Seligman y Ed Diener demostraron que lo que caracteriza a las personas felices es que pasan en promedio más tiempo con sus amigos y familia.

Los vínculos con otras personas aportan algunos beneficios a nuestra salud: aumentan nuestro sentido de pertenencia, nos ayudan a ser más optimistas y seguros de nosotros mismos y desempeñan un papel importante en el envejecimiento saludable porque reducen el estrés y aumentan la concentración de células inmunitarias. Esto se debe a que cuando las personas se sienten aisladas, el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, también conocido como eje del estrés, empieza a producir mayores cantidades de cortisol (la hormona del estrés).

Nuevas investigaciones han demostrado que el número de contactos sociales y la intensidad del contacto no es tan decisivo para el bienestar como la percepción que tenemos del apoyo social percibido. Es decir, el grado de convicción subjetiva que tenemos de que recibiremos apoyo cuando lo necesitemos y la confianza en la red social, es el recurso eficaz contra el estrés.

Es posible que nuestras habilidades sociales estén boicoteando nuestras relaciones, por lo que a continuación veremos algunas claves para mejorar nuestras relaciones con los demás de forma mutuamente satisfactoria.

4 claves para mejorar nuestras relaciones sociales con los demás

1. Interésate por los demás y desarrolla tu empatía

Escucha activamente lo que los otros tienen que decir al hacer preguntas y repetir con propias palabras lo que la otra persona está contando. Intenta comprender cómo se está sintiendo tu contraparte y pregunta por sus pensamientos, emociones y motivos. Conoce qué es importante para la otra persona, qué le inspira, etc.

Ser empático no significa identificarse con los problemas del otro, sino intentar comprender la perspectiva del otro sin juzgar. El éxito de nuestra empatía radica en las neuronas espejo, que se activan en respuesta a los actos y emociones de otros. Ellas son las responsables de que bostecemos al ver a otra persona bostezar, que una película dramática o un espectáculo teatral nos haga llorar o que nos duela cuando otra persona se ha dado un golpe fuerte. Estas neuronas se activan cuando se observa la ejecución de una acción  o se tiene una representación mental de la misma. Por tener conexiones con el sistema límbico (responsable de las emociones), facilitan el entendimiento, la solidaridad y la cooperación con otros.

2. No supongas, pregunta

Muchos malentendidos surgen cuando sacamos conclusiones de los pensamientos o sentimientos de los demás, sin antes haber hablado abiertamente con ellos. Mientras más tiempo conocemos a otra persona, más tendemos a sobreevaluar nuestra capacidad para “leer” la mente del otro. Por eso, es importante que comuniquemos y preguntemos cuando nos molesta algo. Además, cuando hacemos preguntas al otro, le damos la sensación de que es importante para nosotros y que lo estamos escuchando. Esto refuerza aun más el vinculo social.

3. Sé asertivo

Ser asertivo te permite expresar tus emociones y opiniones honestamente respetando a los demás. Para ello:

  1. especifico y trasmite lo que quieres refiérete a los hechos objetivos (“Te he escrito tres veces y no me has contestado”) y no a tus juicios (“Eres una mala amiga”).
  2. Utiliza mensajes “Yo” para expresar lo que sientes. Es decir, expresa la crítica desde tu perspectiva y no hagas expresiones genéricas respecto a la otra persona (Ej.  “Yo creo que…” “Me sentí…” vs. “Tu nunca estás ahí para mi”).
  3. Ofrece una alternativa y expresa los cambios que quieres que se produzcan en el comportamiento de la otra persona (Ej. “Me gustaría que la próxima vez me devuelvas la llamada o que me dejes un mensaje”).
  4. Practica el autocontrol.

La comunicación eficaz empieza en nosotros. Es importante no dejarse llevar por las emociones del momento, sino gestionar los impulsos, esperar un momento para pensar con claridad y mantenerse concentrados en comunicar asertivamente lo que queremos decir.  Tener autocontrol implica no ser reactivos, sino aprender a tolerar diferencias, tensiones, malentendidos adaptar nuestra comunicación aún en situaciones estresantes.

Por Isabel Jaramillo

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