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6 tips mentales para mejorar tu rendimiento deportivo

En la actualidad se conoce que el entrenamiento mental tiene la misma importancia que una buena enseñanza técnica o una buena preparación física, por eso en el artículo vamos a dar unos consejos que pueden aumentar vuestro rendimiento. Los ejemplos que se plantean van ligados al deporte, pero con pequeñas adaptaciones podrán mejorar el rendimiento en otras facetas como la académica o la laboral.

Rendimiento: eficiencia vs técnica, ¿qué debe primar?

Independientemente del deporte o del centro educativo en las edades iniciales los entrenadores se centran mucho en la técnica, aunque en un principio no se obtengan resultados (por ejemplo el estudiar comprendiendo, el chutar con el empeine, o colocar el tapón de la raqueta hacia la red y acabar por encima del hombro), sin embargo, los principiantes buscan la eficiencia a corto plazo (aprender de memoria, chutar con la puntera, o acabar el golpe a la altura de la cadera), y ciertamente es complicado luchar contra este argumento, porque te responderán que con su método lo consiguen y con el tuyo no.

La clave está en encontrar el punto medio entre ambos, es cierto que: hay estudiantes de máster que estudian de memoria y tienen éxito, hay jugadores que no tienen técnica futbolística y son eficaces, o en el caso del tenis, la derecha de Nadal (un 90% de los profes de tenis desaconsejan este gesto, al menos en etapas iniciales). Para explicar esto, se me ocurre el ejemplo de una partida de bolos cuando tienes la barrera en los lados para que no se salga la bola, los bolos son los objetivos, la bola es el desarrollo y la pista ocupa el dilema de eficiencia y estética, mientras la bola no se salga de la pista podrás conseguir tus objetivos, ya sea de forma plena o parcial, pero si la estética o la eficiencia fallan demasiado, no se derribarán los bolos, porque la pelota se irá por los pasillos.

El locus de control

El locus de control es un rasgo de la personalidad que determina a que atribuimos el resultado de lo que hacemos, sufre variaciones con la edad, tendiendo a ser más interno con el paso de los años. Hay dos tipos:

  • Externo (victimista): lo que ocurre está causado por otras personas o cosas y no tengo poder para cambiarlo.
  • Interno (responsabilidad): todo o gran parte de lo que ocurre es por mí, para bien o para mal. Hay una anécdota que cuenta Toni Nadal sobre como Nadal perdió un partido por jugar con una raqueta rota, pero él dijo que no se había dado cuenta, que pensaba que fallaba porque estaba jugando mal.

No hace falta ser tan extremo, pero tiene mucho más sentido centrarte en aquello que puedes modificar tú mismo antes de quejarte de algo externo, principalmente porque en la mayoría de las ocasiones afecta de igual forma al resto (un examen es igual de difícil para todos, si el campo no es bueno perjudica a ambos equipos o, el viento fastidia a los dos por igual).

Motivarte de forma adecuada

La forma en la que nos preparamos mentalmente para hacer las cosas está ligada a la motivación, y por lo tanto al resultado, precisamente el cómo enfocamos este momento (hacia la tarea, o hacia el ego) determinará como reaccionaremos ante el resultado y como haremos esa actividad. Así que intentar pensar en lo bien o mal que has hecho la tarea puede ayudar más que observar el resultado obtenido, más que nada porque no se puede ganar todo el rato y pensar esto puede provocar insatisfacción o el abandono deportivo.

Atención: estar en la acción

Suena muy a tópico, pero estar atento a lo que estás haciendo incrementará notablemente los resultados. Por ejemplo: estar atento a lo que dice el público antes de tirar a puerta, o trabajar pensando en la cena harán que la actividad no sea tan efectiva como esperas que sea, por eso es fundamental prestar atención plena a la acción.

No juzgar y ser autocompasivo y compasivo

Saber tratar con respeto y no juzgar a los compañeros de equipo es algo básico que puede ayudar a mejorar los resultados (cómo explico en el artículo sobre cohesión grupal), pero de la misma forma saber perdonar tus propios fallos y no juzgarlos te permite aprender más de ellos y tener una mentalidad más positiva (si vas pensando que vas a fallar un tiro porque juzgaste como fallo el anterior lo más probable es que lo falles de nuevo).

La teoría del “yo”

Respecto al punto anterior, la teoría del “yo” se centra en el diálogo interno y en esos juicios que según esta teoría emite el Yo nº1, mientras el Yo nº2 se encarga de ejecutar la acción (con la libertad restringida que el primer Yo le deja). Por lo tanto, si se consigue silenciar al Yo nº1 la persona podrá estar más relajada y hacer mejor la acción, para ello tiene que hacer que la “radio de la cabeza” se desconecte, pues te puedo garantizar que la memoria muscular (Yo nº2) ya sabe lo que tiene que hacer después de varios intentos, y el hecho de recordárselo solo lo pone más nervioso y por lo tanto dificultar la correcta ejecución.

Optimiza tu nivel de activación antes, durante y después

Hacer un calentamiento previo y una relajación posterior mejorará tu rendimiento deportivo gracias a la preparación y recuperación mental y física, el hacerlo con música puede aumentar más todavía el beneficio (como escribo en el artículo de “música y deporte”). De la misma forma que también hay ejercicios para subir o bajar la activación durante el desarrollo de la práctica deportiva en función del objetivo en ese momento.

Por Álvaro Ruíz Esteban

@alvaropsicodeporte

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