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La importancia de la comunidad en la danza

La disposición del tiempo durante el período escolar es bastante similar en todos los centros de la comunidad educativa de España. Durante más o menos, entre cinco y seis horas al día, son tan solo 30 minutos los que los alumnos pueden destinar a su descanso, necesidades, interrelaciones personales, etc. El resto del tiempo en lo que se entiende por horas lectivas, el comportamiento considerado como correcto para los alumnos, generalmente es: mirar hacia adelante, no hablar entre ellos, no levantarse o salir de clase sin permiso, escuchar durante una hora aproximadamente hablar sobre un tema que puede interesarle o no, mantener la atención…

Compartiendo una comunidad

Es durante el tiempo de recreo el único momento en el que pueden relacionarse con sus iguales en comunidad, hablar de lo que les preocupa, de lo que les interesa, de cómo se sienten, de comer, ir al servicio, reírse y expresarse en el modo que lo necesiten. Si bien es cierto, que es completamente necesario aprender también sobre la disciplina y las normas, ya que vivimos en sociedad, y tener un contexto educativo basado en la anarquía, podría ser poco funcional o efectivo. Sin embargo, hablando de extremos, también es cierto que actualmente en los colegios, institutos, universidades, etc; durante el aprendizaje no hay apenas espacio para la espontaneidad, sino que solo lo hay en el descanso, lo que condiciona casi de un modo inevitable, el papel pasivo de los alumnos en clase.

Aunque en las danzas académicas impartidas en los Conservatorios esto es bastante similar, ya que la estructura del sistema es semejante, las asignaturas, en algunas ocasiones, están más relacionadas con la creatividad y el sello personal del alumno; incluso los ejercicios o evaluaciones que proponen estos centros. Sin embargo, sigue sin existir un contexto en el que se trabaje y se cree espontáneamente una comunidad o una red de personas que crecen a nivel grupal y cultural; sino que, al igual que en el ámbito académico, es la individualidad y el crecimiento singular los protagonistas de este desarrollo.

Comunidad de las danzas urbanas

En la otra cara de la moneda se encuentran las danzas urbanas, que existen porque hay comunidad. Se desarrollan y perviven a partir de compartir experiencias y vivencias entre los alumnos; y de exponer los procesos de trabajo y aprendizaje de cada persona de forma individual. En este entorno, los feedback surgen de una forma más espontánea y conjunta, no solo es el docente el que tiene la responsabilidad o el derecho de corregir o sugerir a cerca del trabajo o resultado del resto de estudiantes, sino que todos los integrantes del grupo pueden aportar con libertad y respeto, las pautas o recomendaciones que crean necesarias para otros integrantes del grupo o para el colectivo en general.

De este modo, el crecimiento y el aprendizaje de los bailarines de danza urbana, se crea a partir de una sinergia, y no desde un punto de vista individualista y aislado; lo que fomenta, además de un mayor enriquecimiento de opiniones, visiones y subjetividad general; un factor motivacional muy poderoso, ya que sentir que se forma parte de un grupo que comparte inquietudes y procesos emocionales similares, y al que además, se está aportando también de forma activa, es muy determinante en la efectividad del aprendizaje y del desarrollo individual, además de satisfactorio.

Por Alba Salado

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