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Trabajo y esfuerzo por bandera

Muchos somos los que, consciente o inconscientemente, terminamos dejando las cosas para el último momento. Ya sea en el trabajo por falta de tiempo, de ganas o por simple inercia, hacemos de la procrastinación el verbo más recurrente en nuestro diccionario.

Tendemos a dejar el estudio para la última semana, los trabajos los alargamos hasta donde nos es posible, a veces incluso estirando la cuerda más de lo apetecible o deseable. Es superior a nosotros.

Si buscamos a través de internet, encontraremos estudios sobre las ventajas y desventajas de procrastinar, intentando arrojar luz sobre si genera ansiedad o no, sobre si es necesario en gente muy exigente, trabajos estresantes, etc. No hay duda de que no es una actitud muy positiva, pues realmente nos lleva a dejar para última hora nuestras ocupaciones y esto puede generar un trabajo de menor calidad, más propenso a los errores y dar una imagen de desidia.

El trabajo bajo presión

No todos los que lo practican lo consideran igual, pues hay gente que, simplemente, no encuentra el momento, trabaja mejor bajo presión o no encuentra la inspiración adecuada para abordar la tarea que le está aguardando. En estos casos, se debate si esta gente posee algún tipo de inteligencia diferente, pues son capaces de triunfar donde los demás se agobiarían, sacan lo mejor de sí mismos cuando el tiempo aprieta o, en un momento de inspiración, se sacan de la manga lo que otros deben trabajar durante un periodo de tiempo mucho mayor. Quizás sea un don, pero tiene un doble filo.

Éxito: Trabajo y esfuerzo diario

No podemos recurrir a la inspiración o a la adrenalina que nos genere el estrés para ponernos a trabajar, pues, si estos ingredientes no aparecen, podemos llegar a perder ese margen que se nos da para trabajar. Quizás sea mejor ponerse a trabajar sin musa, crear una estructura de lo que queremos hacer, aunque no sea nuestra mejor obra, la que mejor parezca ni la que más brille, pero tendremos un trabajo hecho en su debido momento, preparado para ser entregado a tiempo y, si se da la inspiración, siempre podremos dar esas pinceladas de genialidad a nuestro proyecto. Pero lo importante es labrarse la costumbre del trabajo diario, esforzarse día a día, dado que los hay buenos y no tan buenos y nunca sabemos cómo nos levantaremos mañana, pero si el trabajo y el esfuerzo se convierte en nuestra rutina, todos llegaremos lejos. Como dijo Picasso en su día y mi tutor de UPAD me dijo a mi muy acertadamente: “Que las musas te encuentren trabajando”.

Por Guillermo Julián Molina.

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