La historia de Thibaut Pinot, es la historia de una persona. Pinot era en 2013, una promesa del ciclismo mundial. Llegaba a la carrera más importante de la temporada, el Tour de Francia, con grandes aspiraciones y la confianza de todo su país (Francia), que llevaba décadas esperando un campeón de origen nacional. Él estuvo con los mejores como se esperaba, hasta el descenso del primer gran puerto de montaña. Allí algo pasó y Thibaut perdió muchos minutos con sus rivales, algo fuera de lo normal en los descensos de los puertos. Nadie entendió nada hasta que el día siguiente, al descenso de otro gran puerto volvió a suceder lo mismo. Días más tarde, el ciclista declaraba sentir miedo a la velocidad, es decir, sentía fobia a la velocidad.
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Terapia psicológica de Thibaut Pinot
Thibaut es un deportista superlativo, que destaca respecto a sus semejantes en lo deportivo. Eso significa, en un deporte como el ciclismo, poseer además unas capacidades psicológicas brillantes. No se puede llegar a la cumbre del ciclismo sin unas dosis desproporcionadas de esfuerzo, constancia, compromiso y autoliderazgo. Aun así, este campeón desarrolló una fobia en el lugar menos oportuno. Que hasta alguien como Thibaut desarrollase ese tipo de fobia, nos plantea la cuestión de que nadie está libre de poder desarrollar cualquier tipo de complicación psicopatología.
La carrera deportiva de Pinot parecía abocada al fin, sin embargo, tuvo el acierto de contactar con un equipo de psicólogos. Tras varias evaluaciones y algunas sesiones, la parte central de la intervención fue una terapia de Exposición, en la que el deportista se expuso, de manera adecuada, a sus miedos. En este caso, Thibaut estuvo practicando actividades de alta velocidad, como conducir coches de competición o esquiar, con el fin de habituarse a ese tipo de situaciones. La terapia fue un éxito y Thibaut volvió a competir al máximo nivel en los años siguientes.
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La importancia de la Psicología deportiva en el rendimiento
Este ejemplo de terapia nos sirve para reflexionar sobre la naturaleza psicológica humana. Es frecuente la creencia de que somos seres completamente racionales, pensando que nuestros comportamientos son consecuencia de nuestros pensamientos y valorando las emociones como algo secundario. La realidad, sin embargo, dicta que nuestras respuestas emocionales tienen una gran influencia en nosotros, sirviendo como evidencia la casuística trabajada mediante la técnica de Exposición y mostrando dicha terapia una gran eficacia en este caso.
Si nos paramos a pensar, cuando alguien tiene una fobia, en la mayoría de las ocasiones sabe que su miedo es desproporcionado, evidenciando que sus pensamientos son racionales, pero pese a ello, no son capaces de actuar como les gustaría. A partir de esta apreciación, se anima al lector a valorar, en situaciones venideras, el comportamiento de una persona como una compleja combinación de pensamientos y emociones, tratando de dedicar atención a aspectos emocionales como posibles explicaciones de comportamientos a priori incomprensibles o poco lógicos. Somos animales prácticos que desarrollaron las emociones como mecanismos útiles y rápidos para garantizar la supervivencia y mantener dicho mecanismo.
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Volviendo al caso de Thibaut, argumentó que su fobia se debía a una caída que había sufrido siendo más joven. No obstante, la fobia no se manifestó entonces como pudiese parecer lo lógico, sino que fue en el momento de estrés, presión y fatiga máximos cuando lo hizo.
El caso de este ciclista nos muestra la importancia que pueden jugar las situaciones en el desarrollo de problemas psicológicos. Un día a día que nos genere elevado estrés y cansancio, nos coloca en una posición de vulnerabilidad de cara a poder desarrollar algún tipo de trastorno psicológico, independientemente de nuestras condiciones.
Como hemos comentado, Thibaut superó su inesperado, pero no inexplicable miedo, y se lanzó como el resto de ciclistas en descensos donde cada poco tiempo ocurren desgracias. Este es un ejemplo más de la complejidad humana que, si se basara en su condición racional, jamás se jugaría la vida así pero que, debido a su realidad compleja y animal, aplica como norma hacerlo aún a pesar del contradictorio miedo que siente. En el fondo, no somos tan racionales como pudiéramos llegar a creer.
La historia de Thibaut Pinot es la historia de una persona. Alguien que desarrolló miedo hacia lo que más amaba en un momento concreto, sin ningún suceso especial adicional, y que lo superó para poder volver a arriesgarse.
Por Jorge López Bernad