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Relación entre imagen corporal y el deporte

El aspecto y la estética es una preocupación habitual en la sociedad actual, algunas personas necesitan lucir una buena imagen corporal para sentirse bien con ellos mismos. La imagen corporal es como nos percibimos nosotros mismos físicamente y como nos sentimos con nuestro cuerpo. Hay quien se siente bien con el cuerpo que tiene sin realizar ningún tipo de deporte y quien lo realiza para mejorarlo o por gusto, se puede hacer ejercicio físico por diversión, para aumentar la autoconfianza, por tener una mejor salud, por ganar fuerza o resistencia, por verse mejor cada día o porque se ve mal en su aspecto físico.

Entrena tu imagen corporal y mental

La musculatura idealizada es el cuerpo que pensamos que resulta atractivo, la gente que no se siente bien con su propio cuerpo o quiere mejorar su aspecto corporal, intenta alcanzar esa meta para aumentar su confianza y autoestima. Esto se debe a la preocupación por la imagen que se da a los demás debido a una baja consideración de sus capacidades, afectándoles los comentarios que otras personas personas hagan. En caso de que sean negativos, no son capaces de ignorarlos, omitirlos o utilizarlos de manera constructiva, necesitando de los comentarios positivos para sentirse bien consigo mismos. Otro problema sería el no afrontar sus miedos por temor al fallo, por lo que piensen los demás y por ello les cuesta resolver los problemas complicados, pensando que no van a poder conseguirlo.

Esa baja autoestima se asocia además con un malestar psicológico, altos niveles de presión, ansiedad física y social. Todo ello esta relacionado y puede derivar en el trastorno dismórfico muscular (TDM), que es una obsesión patológica del estado físico y la imagen corporal de una persona. EL TDM conlleva estar mucho tiempo observándose a uno mismo, teniendo pensamientos frecuentes sobre su aspecto corporal y dedicándole al ejercicio un tiempo excesivo que puede interferir en otros aspectos de la vida cotidiana.

Cuando no se ve mejora en el estado físico, las personas comienzan a sentirse frustradas, puesto que el esfuerzo realizado no se corresponde con el resultado. La presión ejerce un papel imprescindible, debido a que quieren mostrar a los demás que se ven bien lo antes posible, queriendo alcanzar mejores resultados constantemente, y al tardar más de lo previsto se crea estrés y ansiedad, tanto a nivel físico por no conseguir el resultado que queremos, como a nivel social porque estamos bajo la influencia de la baja autoestima y se concede una alta importancia a las creencias que los demás tengan sobre nosotros, como explicamos anteriormente. Todo esto desemboca en un malestar psicológico que nos hace sentir mal cuando pensamos sobre nosotros, estando a disgusto con nuestra forma de ser y actuar.

Consecuencias del malestar psicológico

Se tiene que considerar también la posible aparición de trastornos alimenticios que pueden surgir por una mala percepción de la imagen corporal, puesto que existen conductas de riesgo en relación con los hábitos alimenticios y el grado de insatisfacción con la imagen corporal según la edad, siendo la pubertad cuando existe un mayor riesgo.

Hay que tener en cuenta que el tipo de ejercicio deportivo que se realice puede influir en la imagen corporal que se persiga. Los sujetos sedentarios suelen tener una peor percepción de su imagen corporal que los deportistas, pero los que participan en deportes grupales que, por norma general, tienen una percepción de su imagen corporal más saludable que los que practican deportes individuales o aeróbicos. Aunque existen diferencias culturales en la relación entre la práctica deportiva y la imagen corporal, siendo distinto por ejemplo en el caso de la población de Nueva Zelanda.

Teniendo en cuenta lo mencionado, sería recomendable cuidar la salud y el bienestar, realizando ejercicio habitualmente para conseguir un buen estado mental y corporal, pero teniendo cuidado de no convertirlo en algo puramente destructivo basado en falsas expectativas. Debemos involucrarnos en aquello que estemos dispuestos a conseguir, siendo requisito indispensable aceptarnos tal y como somos.

Por Sergio Gómez

@sergio10g


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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  • Maganto, C., & Cruz, S. (2000). La imagen corporal y los trastornos alimenticios: una cuestión de género. Cuadernos de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente, 30, 45-48.

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