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Beneficios de la visualización en el deporte

¿Cómo y porqué introducir la técnica de la visualización para mejorar mi rendimiento deportivo? El entrenamiento mental es un concepto que cada vez está más presente en la práctica deportiva, consiste en entrenar diferentes estrategias de afrontamiento, de las diversas situaciones que se nos pueden plantear mientras la llevamos a cabo.

Esto es especialmente importante porque, tal y como dijo Johan Cruyff: «Para muchos, el fútbol se juega con los pies. Para mí, se hace con la cabeza y se usan los pies», algo que no sólo ocurre en el mundo del fútbol, sino que también se extiende al resto de deportes.

Entrenamiento mental en el deporte

Y es que, si nos paramos a pensarlo, realmente la preparación de la práctica deportiva comienza mucho antes del entrenamiento o los partidos ¿A quién no le ha pasado que está teniendo un mal día y cuando llega al entrenamiento, éste va peor que de normal? Una de las razones de esto, se debe a que nuestro comportamiento, pensamientos y emociones están relacionados entre sí, por lo que, si estamos entrenando, pero aún seguimos pensando en lo mal que me salió la exposición de la mañana, estos pensamientos negativos van a repercutir de forma negativa en nuestras acciones deportivas.

Son diversos los componentes mentales que influyen en el deporte, tales como pensamientos, creencias, sentimientos, estrés, concentración, autoconfianza, control emocional, planificación, motivación, etc.

Además, todos estos componentes, pueden influir de forma muy variada en cada jugador mientras despliega su juego. Debido a las diferentes estrategias que utilizamos cada uno para afrontar las diversas situaciones, ya que dichas estrategias, se van aprendiendo a lo largo de la vida, a través de nuestras experiencias, las cuales son diferentes para cada persona, debido a sus circunstancias personales. Pero, es cierto que no todas las estrategias son igual de efectivas en todas las situaciones, por ello, el aprendizaje de éstas para algunos deportistas puede generar un incremento significativo en su rendimiento deportivo.

En el día a día, vemos una cantidad de deportistas de alto nivel profesional, con características muy similares en cuanto a sus destrezas profesionales, sin embargo, durante sus partidos, podemos ver el papel que ejerce la fuerza mental en un jugador que la ejerce ¿Cuál creen que es la diferencia entre un jugador y otro tras afrontar una derrota? ¿Porque algunos jugadores parecen meterse en un hoyo sin salida tras un fallo, mientras que para otros en cambio parece ser un impulso de energía? Justo aquí es donde entran en juego todas estas estrategias de afrontamiento y son diversas las que podemos encontrar.

El primer escalón que debemos de entender, como deportistas, es que innegablemente hay factores mentales que influyen en nuestras habilidades, independientemente de que algunos deportes, exijan mayor o menor destreza mental. Pero, además, debemos de entender que esta “fuerza mental», se puede entrenar y desarrollar, manifestándose a través de una mejora de habilidades.

La visualización en el deporte

Hoy me gustaría centrarme concretamente en la técnica de la visualización. Es una herramienta que se lleva usando desde hace tiempo y que se ha demostrado que tiene unas mejoras significativas en los deportistas que la utilizan. Esta técnica requiere de compromiso, constancia y entrenamiento. Consiste en la capacidad de ver, oír y sentir nuestras acciones en nuestra mente, a través de la imaginación. Con este proceso, lo que se pretende es memorizar y crear vivencias que modulen nuestro comportamiento, frente a las previamente existentes.

Para poder darle un poco más de sentido, debemos de entender que los deportes, como una gran cantidad de cosas en la vida, son un juego de ensayo-error. Por ejemplo, se suele comparar al futbolista con un robot, el cual posee diferentes acciones y decisiones, almacenadas en su disco duro. Aumentando las posibilidades de actuación, en función de los registros que haga el futbolista. Es decir, a mayor registro de posibles actuaciones, mayor abanico de respuestas disponible tendrá, y por tanto, mayores posibilidades de finalización exitosa. De ese mismo modo, se pueden “grabar datos” en nuestras mentes, cuando visualizamos una acción. A través de la imaginación, conseguimos activar patrones de neuronas, creando más posibilidades de resolución de dichas actuaciones. En otras palabras, en lugar de recrear dichas acciones de forma física para registrar ensayos, los creamos en nuestra mente, de forma que se genere una mayor sensación de confianza en su ejecución, pudiendo mejorar notoriamente con ello el funcionamiento en la realidad en base a la transferencia que se produzca.

La técnica de la visualización no consiste en soñar, sino más bien se trata de una técnica que requiere tiempo, disciplina y que debe aprenderse siguiendo una serie de pautas. Su aplicación puede ser variada, desde su uso para una mejora técnica, como la adquisición de habilidades nuevas, hasta para incrementar las sensaciones confianza, la mejora del juego y/o la recuperación de lesiones. Pero para conseguir resultados, debemos de centrarnos en un solo aspecto, marcándonos un objetivo claro.

Esta técnica puede ser de corta (1 min, durante el partido o el entrenamiento) o de larga duración (5 min, previo a competición o entrenamiento). Se aconseja estar relajado, con los ojos cerrados y sentado o acostado, en una postura cómoda, ¡Pero sin dormimos eh! Un momento ideal para realizarla, puede ser antes de los entrenamientos o partidos, o en la noche previa.

Un aspecto que debemos tener claro con respecto a esta técnica es que, aunque su nombre parezca indicarnos que vamos a requerir solo de nuestro sentido visual, no es así. Para que ésta sea más efectiva y real, debemos implicar todos nuestros sentidos, en la medida de lo posible: “Saltas al campo, respiras profundamente, hasta llenar tus pulmones, comienzas a oler el césped y las voces de la grada, de fondo”.

Por otro lado, también debemos de tener en cuenta, que conviene trabajar en tiempo real, es decir, en el presente, manteniendo los estados de alerta, como si estuviésemos viviendo la situación para favorecer con ello la transferencia.

Además, para que esta técnica sea efectiva, debemos de trabajar con situaciones breves y concretas, ajustando a la misma vez, las situaciones que estemos trabajando, a nuestra posición durante el partido: “Estas en el terreno de juego, te dispones a ejecutar una acción a balón parado, colocas el balón en el suelo, observas a tus compañeros, golpeas y sientes el movimiento de tus músculos al realizar la acción”.

Otro aspecto relevante, es asegurarse de que cada una de estas acciones que te planteas, sean finalizadas con éxito: “Mientras inhalas, puedes observar como ese pase ha ido justo al segundo palo, tal como habías decidido, un toque limpio y preciso”

Por último, debemos tener todo el rato presente, que todo ello se irá haciendo a una intensidad y velocidad adecuadas, volviendo finalmente a un estado de relajación durante varios minutos: “Las imágenes van desvaneciéndose lentamente, comienzas a centrarte en tu respiración, mientras te repites a ti mismo un par de veces, que vas a hacer un gran partido. Lo tienes claro y tu confianza crece. Ahora vuelves a concentrarte en tu respiración y vas abriendo lentamente tus ojos”.

Da igual si eres jugador o entrenador, esta técnica puede utilizarse del mismo modo para ambos casos. Esto ayudará a regular tu estrés, controlar tus emociones, mejorar tu concentración y favorecer el proceso de la toma de decisiones. Es importante practicar con constancia para experimentar dicha transferencia a nuestro rendimiento. De la misma forma, que dedicas horas y horas a la parte táctica o física, la mental también la requiere, así que… ¡¿A qué esperas, para exprimir todas tus destrezas?!

Por María José Morillas

@morillaas_Mj

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