Supongo que, llegados a este punto, cualquiera que lea este artículo habrá oído hablar de la película Invictus de Clint Eastwood (2009). Vamos a intentar hoy aquí analizarla desde un punto de vista relacionado con la psicología del deporte, y más en concreto, con los procesos de liderazgo que se pueden producir dentro de un equipo deportivo.
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El liderazgo al servicio de la sociedad y el deporte
“Invictus” es una película que nos habla de la sociedad sudafricana posterior a la caída del “apartheid”, mediante la historia de la selección nacional de rugby, en donde quedaban representados los diferentes agentes de una sociedad tan fragmentada. Es la historia de cómo Nelson Mandela utilizó un vehículo tan apropiado como el deporte para instaurar una nueva cultura nacional basada en valores como la unión, la cohesión de equipo y sobre todo el liderazgo, valores también muy implementados en la práctica de cualquier deporte colectivo, como por ejemplo el fútbol.
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Esta película nos muestra como el líder y capitán del equipo (Matt Damon), es una figura fundamental para mantener a todo el equipo motivado, orientado a la consecución de altos niveles de rendimiento. Normalmente este rol, lo suele adoptar el entrenador o líder formal del equipo, aunque dentro del propio equipo también suelen surgir líderes informales.
En el caso de esta película basada en hechos reales, Nelson Mandela encarniza el papel de líder principal. Un político sudafricano de raza negra que logró unir a todo un país, enfrentado por el odio y el racismo, mediante la creación de una nueva identidad nacional integradora a través del combinado sudafricano de rugby. Este equipo, denominado los “Springbocks”, atraviesa un duro momento en la temporada con varias derrotas consecutivas y un mal momento de juego colectivo. Gracias a la relación de amistad y el apoyo de Mandela al capitán del equipo, consigue inspirarle para fortalecer su liderazgo dentro del equipo y contagiar su fe a los Springbocks para llevarlos a la gloria.
Invictus: una película sobre el liderazgo y la cohesión
“Invictus” es una película estupenda para entender el papel determinante que puede desempeñar la acción de un buen líder dentro de un vestuario y, en este caso, incluso dentro de una nación entera, mediante el ejercicio de un liderazgo emocional, con capacidad para comunicar, planificar, establecer objetivos y empatizar con los jugadores. Estas cualidades se suelen relacionar también con el papel del entrenador habitualmente, sin las cuales, el equipo no suele llegar a rendir a sus máximos niveles de potencial.
Se trata de un claro ejemplo de que, a través del liderazgo y la cohesión grupal, se pueden cimentar las bases de un equipo de alto rendimiento, con un excelente clima emocional, que perfectamente se pueden extrapolar a los equipos de deporte base en los que trabajamos.
«La mayor gloria no es caer, sino levantarse siempre»
Nelson Mandela
Por Javier Álvaro Cetkovsky