Los primero auxilios psicológicos (PAP) son la primera atención que deben recibir niños, adolescentes o adultos en un periodo de 72 horas tras un incidente crítico cotidiano, (como pudiera ser el fallecimiento de un familiar, accidentes…) o emergencia masiva.
Los PAP persiguen reducir el nivel de estrés inicial, fomentar la adaptación a corto, medio y largo plazo, y fomentar las estrategias de afrontamiento de los afectados.
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Aplicación de los primeros auxilios psicológicos (PAP)
Pueden ser aplicados por cualquier persona que haya sido entrenada para ello, lo cual puede ser muy útil ya que todo el mundo pasa por situaciones críticas cotidianas y a veces el entorno más cercano no sabe cómo actuar y/o cómo ayudar.
Primeros auxilios psicológicos en niños
Cuando hay implicados niños de 3 a 12, es importante seguir una serie de pasos que pueden ayudar al niño a comprender y enfrentar la situación de forma adecuada, y se recomienda que sean los padres quienes se encarguen de:
- Contener: intentar que las emociones no se desborden, asegurar la comodidad y el descanso, y mostrar cariño frecuentemente.
- Calmar: hablar en voz baja y suave y tratar de relajarle o distraerle. No se debe decir nunca que, si se calma, todo irá mejor, ya que lo más probable es que no sea cierto.
- Informar: usar un lenguaje adecuado a su edad, explicando lo ocurrido de formar simple y honesta, tratando de responder a todas sus preguntas. Es importante que la información sea veraz, explicando la diferencia entre sueños o miedos y la realidad, así como el carácter permanente de la muerte y la tristeza que causa.
- Normalizar: poner nombre a las emociones. Es normal que tras un incidente critico se produzca una regresión en la evolución del niño durante las primeras semanas.
- Consolar: ayudarle a entender lo ocurrido, tratar de mantener las rutinas familiares, no obligarlo a hablar o hacer actividades que no quiera. Se puede permitir que participe en rituales de duelo culturales o religiosos si así lo desea el niño. No hay que preocuparse si el niño dibuja o juega simulando lo ocurrido ya que es su forma de expresarse.
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Primeros auxilios psicológicos en adolescentes
Es muy probable que los pre-adolescente y adolescentes prefieran apoyarse en su grupo de iguales ya que es una fuente de seguridad, referencia, compañía… En este caso, no solo hay que respetar sus decisiones, sino que también hay que animarlos a que salgan con su grupo de iguales o se apoyen en ellos. Es esencial tratar de encontrar un buen momento para hablar lo ocurrido, mostrando siempre un apoyo total. En caso de que no quiera hablar en un momento determinado, debemos preguntarle de vez en cuando si necesitan algo o si podemos ayudarles de alguna manera. La conversación sobre lo ocurrido debe darse, sin embargo, evitaremos cualquier tipo de presión. Además, pueden darse actitudes negativas que debemos normalizar, ya que es probable que el adolescente reaccione con irritabilidad.
Esto no quiere decir que el adulto permita cualquier tipo de comportamiento, sino que debe conseguir encontrar la proporción adecuada entre:
- Ofrecer protección e información.
- Dar autonomía y normalizar emociones/actitudes.
- Tolerar la ambivalencia propia y del adolescente.
Para ello es aconsejable:
- Respetar los espacios de aislamiento y contacto en el grupo de iguales.
- Estar disponible siempre, en lugar de agobiar. Los adolescentes necesitan a los adultos cerca, pero sin que estos resulten invasores.
- Informar, no adoctrinar. Debemos ofrecer información y no consejos, los cuales daremos en caso de que el adolescente los pida.
- Tratar al adolescente como un adulto y un ser autónomo, ya que lo que más le molestará es ser tratado como “un niño”.
Además, en estas situaciones, los adolescentes, al igual que los adultos, necesitan sentirse útiles. Para ello podemos implicarles pidiendo que ayuden (por ejemplo, cuidando de los pequeños de la casa o de la familia) y veremos que ellos mostrarán su total disposición.
Por Cristina Prieto Sánchez