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Porno y adolescentes

Actualmente, el acceso a internet y a todo tipo de vídeos e información se ha convertido en uno de los gestos más fáciles de nuestro día a día, y con ello, el acceso al porno. Cualquiera que disponga de un smartphone, dispositivo electrónico que casi toda persona posee y cada vez desde edades más tempranas, con un solo click puede acceder a material pornográfico.

Evidentemente, esto nos asusta de cara a no poder proteger a los y las adolescentes. ¿Qué es lo que realmente nos preocupa de que nuestros hijos e hijas puedan ver pornografía, qué consecuencias tiene? ¿Podemos evitar que lo hagan?, si lo hacen ¿podemos contrarrestarlo? ¿cómo?

Por si fuera poco, la pandemia no ha ayudado a reducir el consumo de pornografía. Precisamente, según un estudio publicado en Journal of Behavioral Addictions, múltiples países, una de las páginas web más visitadas con este tipo de contenido, aumentó el número de visitas en un 11% entre febrero y marzo de 2020, es decir, durante el primer mes de confinamiento en España.

Consecuencias de ver porno en la adolescencia

Algunas de las consecuencias del consumo de pornografía que diversos estudios han señalado son:

1. Genera adicción

De esto ya hablamos en otro artículo, pero nos gustaría recalcarlo de nuevo, ya que el cerebro de un adolescente está aún por desarrollar. Y no solo a nivel neurológico. Lo que aún no se ha desarrollado del todo en un adolescente es su psicosexualidad y, con ello, la falta de criterio propio para discernir entre lo que es realidad de lo que es ficción.

2. Genera una visión de los roles de género muy rígidos y distorsionados

La mayoría del porno está diseñado para la satisfacción de los hombres, por lo que a las mujeres se les presenta en un rol sumiso, dando a entender que esto es lo que le gusta a los hombres, cuando no tiene por qué ser así. Esto puede provocar que en su adultez y en sus futuros encuentros eróticos los y las jóvenes, adopten roles sin haber experimentado lo suficiente como para saber si están cómodos y cómodas en ellos o no.

3. Perjudica sus relaciones

En conjunto con una visión de los roles de género bastante rígida, esto puede a su vez originar que dificultades en sus relaciones, tanto socioafectivas como sexuales. Esto lleva a conductas muy poco saludables. Cuando se visualiza material pornográfico se está expuesto a estímulos muy fuertes, con lo que cuando se está manteniendo un encuentro erótico real no se siente lo mismo con otra persona, lo que ocasiona sentimientos de frustración y ansiedad.

¿Qué pueden hacer padres, madres y otros educadores?

Lo primero y más importante es eliminar el tabú que supone hablar de sexo con hijos, hijas, alumnos, alumnas, etc. Para ello dimos unas claves en el artículo. Sin embargo, la labor educativa también se da en el colegio, en el instituto y otros ámbitos donde los y las adolescentes se desarrollan, como el deporte y otras actividades extraescolares.

Aquí volvemos a dar una serie de pautas para contrarrestar la educación inadecuada que da el porno:

1. Habla con naturalidad de sexo

Puedes enseñarles a ser críticos con aquello que ven, pero lo que está claro es que esto no va a pasar si no hablas del tema. Además, si los adultos le hablan de sexo seguramente haga que tengan la confianza suficiente para preguntar cualquier duda o lo que sea que le preocupe y se evitará, precisamente, que consulten en el amplio mundo de internet y se topen con páginas web pornográficas.

2. Inculca que la pornografía es ficción y no realidad

Al igual que les enseñas que los superhéroes, las brujas y los dragones no son reales, que forman parte de la ficción y que están hechos entretener, con el porno deberías hacer lo mismo. Puede ser muy excitante, pero no representa la realidad. No solamente eso, sino que, además, representa una realidad bastante machista.

3. Enséñales material más educativo

Aunque no te lo creas existen mucho material en internet al que también podemos acceder que es tremendamente formativo. Desde documentales, hasta libros, pasando por películas y series (una de las más conocidas, Sex Education, de Netflix). Revisa antes todo este material y decide si cumple o no criterios de igualdad.

Esperamos que estos consejos os hayan sido útiles y que vayan más allá de poner control parental en tus dispositivos. Recuerda que los silencios también educan y si hay silencio, los y las jóvenes van a ir a saciar su curiosidad a otras fuentes que no son las más fiables.

Por UPAD Psicología y Coaching

@upad_pc

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