En la sociedad actual parece que son muchas las personas que se pasan gran parte, no solo del día, sino de sus vidas, enfadadas y frustradas. Pero todo es depende de nosotros, de la actitud que adoptemos a la hora de afrontar los diferentes acontecimientos de nuestro que suceden. Por ejemplo, si un camarero tiene un problema con un cliente y, a partir de ese acontecimiento, pasa el resto de la jornada enfadado, se le hará más largo y pesado. Además, esto le llevará a no ser tan amable con el resto de los clientes, siendo más probable que tengo alguna otra situación desagradable. Debido a que, si llegas a una cafetería, aunque no tengas tu mejor día, pero el camarero es amable contigo, será más probable que le sonrías. Por lo tanto, esto será beneficioso para ambos.
Esto es aplicable a casi cualquier aspecto de nuestras vidas, aunque parezca algo insignificante, como puede ser que en el desayuno te encuentres que se te acabó la leche el día anterior y no habías comprado. Esto puede hacer que te enfades y estar con esa actitud el resto del día sin saber muy bien por qué, y esto te lleva a ver las cosas de forma más negativa, contribuyendo más a ese malestar. Por lo que está en nuestra mano cambiar ese mal estar.
Es por esto, que me gustaría plantear la actitud como un factor muy importante en nuestro día a día, así como un determinante de nuestro estado de ánimo. Por lo que sería importante conocer esto, para intentar así controlar la actitud que tenemos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos a la hora de afrontar las cosas.
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Cómo trabajar tu actitud en la vida
Una forma interesante que planteo para comenzar a trabajar la actitud, ya que, aunque esto es algo que la mayoría de las personas saben si se paran a pensarlo, en ocasiones, puede resultar complicado llevarlo a cabo. Sería interesante hacer lo siguiente:
Un día desde que te levantas por la mañana ir apuntando en una hoja o en el móvil, los diferentes acontecimientos que vayan surgiendo que te pueden provocar enfado o malestar, y apuntar también cómo has reaccionado ante estos, ya sea en el trabajo, en casa, en el gimnasio, por la calle, etc. Al final del día, al llegar a casa, habría que leer todo lo que se haya ido apuntando. Para pararse a reflexionar sobre cómo se ha actuado, si se piensa que esto contribuye correctamente a tener una buena o mala actitud en los siguientes hechos que hayan ido aconteciendo a lo largo del día. De este modo, la persona reflexionará sobre su forma de afrontar las cosas de un modo que quizás previamente no se había planteado.
Al día siguiente habría que hacer lo mismo, es decir, apuntar estos contratiempos, pero en esta ocasión habría que pensar más detenidamente antes de actuar, siendo más conscientes de la importancia de la actitud. Al final del día se volverá a revisar, para reflexionar sobre cómo se ha actuado.
No hay un número especifico de días que se debe realizar esto, simplemente se podrá realizar hasta que nos salga de forma más automática, sin necesidad de pararse a pensarlo. Además, al realizar esto, la persona irá comprobando poco a poco cómo tiene una mejor actitud, y esto está unido a conseguir realizar cosas que pensaba que no podría conseguir. Porque no hay una persona más poderosa, no en sentido de poseer bienes materiales, sino de conseguir lo que se propone, que aquella que tiene una buena actitud y se cree capaz de conseguir lo que quiera.
Por otro lado, la actitud influye los acontecimientos del día a día, pero también resultaría beneficioso tenerla en cuenta cuando nos planteamos un nuevo objetivo, como puede ser ganar una competición en el caso de un deportista, o aprobar X oposición, bajar de peso, conseguir X trabajo, etc. La persona, antes de ponerse con este objetivo, debería pararse a pensar la actitud con la que lo va a afrontar, debe percibirse a sí mismo como capaz de conseguirlo y tener en cuenta, que, aunque lo más probable es que encuentre dificultades a la hora de conseguirlo, no debe desanimarse por esto, ni cambiar la actitud con la que está afrontando el objetivo.
Por lo tanto, para concluir, diremos que es importante ser consciente de que la actitud es muy determinante en nuestras vidas y que sí somos capaces de controlar esta, podremos conseguir más cosas de las que imaginábamos.
Por Carolina Esteban Fernández