La tecnología, un término bastante utilizado, a diferencia de hace unos años. Y es que su uso se ha incrementado de una forma bastante rápida y además de intensa pues, hoy en día, las personas lo utilizan horas y horas seguidas.
La revolución de la tecnología, especialmente con internet y las redes sociales ha sido uno de los grandes cambios en el último siglo. De hecho, gracias a ello se ha llegado a importantes logros en muchos campos como la medicina, las comunicaciones o el comercio. Pero, como en todo, tiene su lado negativo, debido a que en la actualidad el uso de la tecnología ha llegado a su estado más extremista. Y es que la frase “todo en exceso es malo” se aplica también en lo relacionado a internet y sobre todo a las nuevas redes sociales, puesto que se está observando los daños a nivel físico y mental que tiene sobre las personas.
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El uso de la tecnología en la educación y relaciones sociales
Llegar a este punto tan preocupante ha sido a causa de varios factores que han contribuido a encontrarnos en una situación crítica, sobre todo en la población más joven. Un factor principal fue el introducir la tecnología en contextos educativos como apoyo, convirtiéndose en herramientas fundamentales en la enseñanza hasta el punto de que ahora en los colegios no se hace uso de libros sino de aparatos electrónicos. Otro factor, inesperado y que aceleró todo este proceso de digitalización, fue el Covid-19. El aislamiento social pasó factura en todas las personas. Al final, el ser humano es social, y el hecho de no poder tener esta interacción durante meses llevó a la desesperación y a acudir a los medios electrónicos de una forma más intensa. Las redes sociales resultaron un refugio para el entretenimiento y la conexión con los demás, pero de una forma radical.
¿El problema? Debido al aumento del uso de la tecnología como forma de interacción, las personas se han vuelto más vulnerables a sufrir problemas a nivel mental como son el estrés, la depresión o ansiedad. Hay una relación entre el uso excesivo de internet y consecuencias psicopatológicas. Muchos estudios, realizados con población universitaria, han demostrado que un excesivo consumo de internet genera en los jóvenes cambios a nivel social, volviéndose más solitarios, y más impulsivos, también empeora la relación con la familia, así como genera mayor irritabilidad. Además, se ha visto que se tienen más problemas a la hora de conciliar el sueño, llegando a tener trastornos del sueño. Otro aspecto que se vio es el aumento de estrés a la hora de no tener el móvil accesible, ya que los jóvenes se han acostumbrado tanto a estar constantemente con este aparato, que el no tenerlo les genera malestar mental como ansiedad o estrés.
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El uso responsable de la tecnología
Es normal echar la culpa directamente a la tecnología y a todo lo relacionado, de hecho, bastantes familias optan por quitar directamente el móvil a los jóvenes o intentar que no consuman redes sociales. Pero el móvil en sí no es el problema, sino es cómo hago uso de la tecnología. Este si se utiliza para comunicarse y conectar con otros, o incluso para aprender, resulta ser algo positivo, pero cuando ya se vuelve algo rutinario, donde uno se vuelve pasivo ante lo que ocurra pues ya puede llegar a tener consecuencias negativas como la depresión. Algunos aspectos importantes para hacer un buen uso son:
- Establecer límites de uso: es bastante normal estar constantemente usándolo, por el día y la noche, por tanto, el poner horarios para dejar de estar “pegados” a la pantalla es un buen comienzo.
- Equilibrio entre vida fuera de las pantallas y dentro de estas: es necesario que se haga un balance de cuánto tiempo uno pasa hablando a través de redes sociales y fomentar el contacto físico y presencial con otras personas, o realizar actividades en los cuáles no sea necesario el uso del móvil.
- Alejar aparatos electrónicos por la noche: actualmente muchas personas, sobre todo jóvenes, antes de irse a dormir se quedan horas al móvil de hecho terminan quedándose dormidos con este aparato en la mano, por tanto, para evitar esto, lo mejor es dejar el móvil en un sitio alejado de la cama. De esta forma se consigue mayor calidad de sueño.
Todo lo nombrado anteriormente son pequeños pasos que pueden ayudar a mejorar la relación con la tecnología, de forma sana y evitando posibles problemas de salud mental. Y es que es bien sabido que la tecnología hoy en día es la base de nuestro mundo, pero eso no es excusa para un abuso de la tecnología pues llega a ser peligroso. Lo mejor es buscar el equilibrio y ante situaciones ya perjudiciales para la salud acudir a un psicólogo para mantener a raya esos peligros.
Por Lucía Esther Ruiz de la Cruz