La semana pasada veíamos a los jugadores del Fútbol Club Barcelona haciendo el famoso ejercicio de “cruzar la cuerda”, consistente en que, de uno en uno, todos los miembros del equipo deben pasar al otro lado de una cuerda dispuesta a alrededor de metro y medio de altura. La clave para resolver este ejercicio es establecer una estrategia, para lo cual es necesario un buen funcionamiento del grupo y una buena cohesión grupal, en la que cada miembro del grupo llevará a cabo un rol.
Pero, ¿necesitan los jugadores de alto rendimiento entrenamiento mental?Si han llegado a donde están, ¿no se da por supuesto que deben tener unos excelentes recursos psicológicos? ¿No es este un entrenamiento más indicado para el fútbol base, para niños? He aquí 5 pistas para responder a estas preguntas:
- Aunque sí podemos dar por sentado unas impresionantes habilidades mentales en deportistas de este nivel, no podemos olvidar que compiten contra jugadores en condiciones similares y, en alto rendimiento, cada pequeño detalle, cada minuto más de entrenamiento, cada dinámica de preparación mental puede ser la que marque la diferencia.
- Aunque hay ciertas habilidades mentales que probablemente los deportistas de este nivel tendrán muy desarrolladas, hay otras en las que conviene entrenar precisamente por pertenecer a este nivel. Habilidades comunicativas ante la prensa, asertividad ante las avalanchas de aficionados, todo el proceso de adaptación al llegar a una liga nueva, etc.
- En deporte, existen cuatro tipos de habilidades: técnicas, tácticas, físicas y psicológicas. Así, de la misma manera que en alto rendimiento hay tecnificación, entrenador y preparación física… ¿por qué no iban a querer optimizar esa cuarta pata de la mesa que son las habilidades psicológicas?
- En el deporte como en la vida, nunca se deja de aprender. Por muchos años que lleves jugando en primera división, siempre puedes aprender algo nuevo que te haga mejorar. El hambre de saber cosas nuevas en predictor de éxito.
- Como en este caso, además de poner en práctica habilidades psicológicas extrapolables al terreno de juego, estas dinámicas y ejercicios pueden servir para que los jugadores lo pasen estupendamente.
Por todo esto, las dinámicas propias de la psicología del deporte no son un mero juego de niños, si no que son una herramienta con muchísimo potencial para optimizar el rendimiento de los excelentes deportistas de alto rendimiento y, si parecen lúdicas y divertidas, es porque, además, lo son.
Jaime Marcos