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Esta semana nos enteramos de que el jugador emblema de Los Ángeles Lakers, Kobe Bryant se retira de la NBA. 5 anillos, 17 All-Star y tercer máximo anotador en la historia del campeonato, Kobe Bryant se perfila como el mito del baloncesto de nuestra generación, como en su día lo fue Michael Jordan.

La retirada deportiva

Pero, ¿tiene la retirada deportiva algún tipo de influencia en las habilidades psicológicas del jugador?

El deporte tiene cierto componente de adicción. El experimentar todas las emociones positivas asociadas a la victoria, es un reforzador que aumenta la iniciativa por seguir entrenando y, alternado con los momentos de derrota, genera un fenómeno de refuerzo intermitente que potencia aún más este efecto. Por ello, muchos deportistas retrasan todo lo que pueden su retirada, jugando en ligas menores unos años o entrando en equipos de veteranos. Por otra parte, el factor económico es otro a tener en cuenta.

Al contrario que en otras profesiones, la vida profesional del deportista es breve, y el período de formación es muchas veces incompatible con los estudios, lo que muchas veces nos deja un deportista retirado, joven, sin otra formación y sin capacidad para seguir ganándose la vida con lo que le gusta y sabe hacer.

No es el caso de Kobe, que tiene el pan ganado y podrá seguir involucrado en el baloncesto, probablemente como entrenador, mánager, directivo, etc. Sin embargo, la retirada deportiva constituye un período de transición que implica otras consecuencias psicológicas, sentimiento de pérdida, de incertidumbre… Por ello, algo que se recomienda es implicarse pronto en nuevos proyectos, en los que mantener la mente y el cuerpo ocupados para hacer más llevadero este proceso hacia la adaptación y el crecimiento.

Por otra parte, el cúmulo de emociones que se van a vivir desde que se toma la decisión hasta que se consume la retirada es potencialmente desequilibrante, sea el caso que sea. Desde la más profunda tristeza hasta el orgullo por el apoyo recibido pueden suponer una variable que influya en nuestro juego y en nuestra experiencia con el deporte. Por eso es importante una buena gestión emocional de la retirada.

Además, cada persona es un mundo, por lo que sería beneficioso que los clubes, federaciones y demás entidades incluyeran un servicio de asesoramiento personalizado orientado a facilitar el ajuste a esta nueva situación. De esta manera, además de hacer sentir a nuestros deportistas más respaldados, ayudaremos a optimizar su rendimiento en sus últimos momentos con nosotros. Todos ganan.

De esta forma, queríamos rendir nuestro pequeño homenaje y despedida a Kobe Bryant, ya leyenda de la NBA, y a todos los demás deportistas retirados este año, entre los que destacan su compañero Steve Nash, el ciclista Ivan Basso, el futbolista Raúl González y el piragüista David Cal. ¡Siempre os recordaremos!

Por Jaime Marcos

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