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Intervención psicológica para la prevención de lesiones deportivas

El deporte es capaz de proporcionar muchos beneficios: físicos, psicológicos y sociales. Sin embargo, a la hora de practicar cualquier deporte existe el riesgo de sufrir lesiones si no se está lo suficientemente preparado, tanto física como psicológicamente. La carrera de un deportista puede verse limitada e incluso finalizada como consecuencia de una lesión.

Por lo tanto, es importante poner en marcha todos los recursos que estén disponibles para evitar que una lesión deje paralizado a un deportista. En esta prevención son esenciales el equipo médico y fisioterapeutas del equipo o asociación deportiva, ya que ellos serán los encargados de revisar, mantener, tener un seguimiento sobre los músculos, huesos, ligamentos o articulaciones de los jugadores. Pero hay un profesional que se ha ido haciendo hueco en esta área del deporte: el psicólogo deportivo. Se ha demostrado que no solo variables referidas a la condición física forman parte los factores que influyen en una lesión, existen factores psicológicos de gran importancia a la hora de explicar cómo se ha producido este daño.

Tal y como refleja Buceta (2008; citado en Montero, 2010) el ámbito de las lesiones es relevante en el deporte debido a que produce:

  1. Alteraciones en el entorno deportivo, debido a los cambios de alineación.
  2. Suspensión o restricción de la asistencia al trabajo o al centro de estudios (en el caso de jugadores no profesionales)
  3. Variaciones en la vida personal y familiar debido a la imposibilidad o reducción de la capacidad de realizar tareas del hogar o académicas.
  4. Aparición de variables psicológicas relacionadas con la lesión: mayor irritabilidad, hostilidad, pensamientos negativos, tristeza…

5 variables psicológicas que intervienen en las lesiones deportivas

Los principales factores psicológicos condicionantes en las lesiones se explicarán a continuación. Previamente a la explicación de cada uno cabe destacar que el estrés es el factor más estudiado y que más influencia presenta, siendo mencionado en las demás variables de forma continuada.

1. La personalidad

Estudios como el de Kobasa (1979; citado en Montero, 2009) señalan que la dureza es un factor de resistencia a situaciones de estrés. Perna y McDowell (1993; citado en Montero, 2009) indican que los deportistas con un perfil pesimista y con alto estrés diario experimentan más lesiones que los que no. Altos niveles de ira también aumentan el riesgo de lesiones. Cuando el deportista asume más riesgos sin tener en cuenta las consecuencias es cuando se producen, en general, las lesiones. La extroversión es un factor de protección, ya que parece influir en el grado de estrés de los acontecimientos vitales (Palmeira, 1998; citado en Montero, 2009)

2. La ansiedad

Como explica Martens (1997; citado en Montero, 2009) la ansiedad se puede presentar de forma desadaptativa en los contextos de competición deportiva y puede provocar un rendimiento desajustado y aumentan las posibilidades de lesión. Otro estudio que mantiene la relación entre la ansiedad y las lesiones es el de Pascual y Arangués (1988; citado en Montero, 2009), en el que evaluaban a 149 futbolistas y su rasgo de ansiedad. Los resultados mostraban que, aquellos jugadores que obtenían puntuaciones extremas eran más propensos y vulnerables a lesionarse.

3. Locus de control

Es la reflexión que hacen las personas acerca de la correspondencia entre los esfuerzos y las consecuencias que reciben por sus acciones. Es decir, la percepción de una persona que le lleva a pensar que lo que ha ocurrido es gracias a su comportamiento y que tiene control sobre las consecuencias.

Los estudios realizados en torno a esta variable no han sido esclarecedores, pero es necesario tener en cuenta que los estilos de atribución de las consecuencias actúan como moduladores del estrés, tal y como afirma Rotter (1996; citado en Montero, 2009).

El estrés alto se refleja en los estilos de atribución externos (donde la persona piensa que los eventos ocurren como resultado del azar, la suerte o de las decisiones de otros), ya que la persona, al percibir que no controla lo que ocurre a su alrededor, aumenta la preocupación y el estrés.

4. Recursos de afrontamiento (coping)

Estas habilidades influyen en la forma de enfrentarse al estrés y, si no se tienen las competencias necesarias, pueden aumentar la vulnerabilidad de los deportistas ante las consecuencias perjudiciales del estrés (Díaz, 2001; citado en Montero, 2009). El coping se compone de: apoyo social, dominio del estrés, habilidades de afrontamiento psicológicas y de afrontamiento general (sueño, alimentación…).  Esta idea surge de los estudios de Williams y Andersen (1998; citado en Montero, 2009). Teniendo en cuenta lo mencionado, se puede deducir que un bajo nivel de coping es un factor de riesgo de lesión.

5. Estrés

Se trata de una de las variables más estudiadas y que más interfieren en la salud por cómo repercute de forma negativa en ésta. Respecto a esto, Buceta (1996; citado en Montero, 2009) indica el vínculo que existe entre el estrés y lesiones: la presencia del estrés en los deportistas tiene diversas consecuencias negativas como el aumento de la probabilidad de lesionarse, aumento del tiempo de recuperación o dificultar el regreso al deporte, mayor probabilidad de recaídas… El propio estrés, junto a las lesiones derivadas del mismo, pueden provocar daños crónicos con los que, los deportistas, deberán convivir. El estrés y las lesiones también pueden suponer una vía de escape a otros aspectos estresantes relacionados con el ámbito deportivo.

Intervención psicológica para la prevención de lesiones deportivas

Como se ha mencionado en el apartado anterior, el estrés es la variable más importante a la hora de predecir las lesiones en los deportistas. De esta forma, las medidas que se tomen en la prevención de las lesiones se enfocan en la reducción del estrés.

Los programas de prevención deberán estar enfocados en las variables que se han mencionado previamente (que a su vez influyen en el estrés del deportista). El coping es un objetivo típico en la prevención de lesiones (potenciando las habilidades psicológicas básicas y generales) que luego se aplicará en la práctica deportiva.

Desde el punto de vista de Palmi (2001; citado en Montero 2010) plantea ideas de un programa de intervención psicológica para la prevención de lesiones deportivas:

  1. Mejorar la formación de los técnicos
    1. Información de factores de riesgo
    2. Importancia de la preparación física
    3. Importancia de los hábitos deportivos
  2. Entrenar recursos psicológicos
    1. Control de activación
    2. Control atencional
    3. Control de imágenes y pensamientos
    4. Ajuste de objetivos
  3. Planificación bajo objetivos realistas
    1. Progresión de exigencia
    2. Variedad de ejercicios y situaciones
    3. Ajuste del entrenamiento a la individualidad
  4. Mejorar los recursos técnicos
    1. Información post-ejecución
    2. Análisis de videos: acciones exitosas y erróneas
    3. Entrenamientos simulando condiciones de competición

Conclusiones

Bajo mi punto de vista, los factores psicológicos que influyen en las lesiones se deben tener en cuenta tanto como los cuidados más físicos. Se ha podido comprobar que hay numerosas variables psicológicas que pueden poner en riesgo la salud de los deportistas y desembocar en lesiones graves. En el equipo médico de cualquier club o entidad debe asegurarse de contar con psicólogos que trabajen en el bienestar mental de los jugadores. De este modo, coordinarse con el resto del equipo médico (fisioterapeutas, traumatólogos…) para mantener a los jugadores en un estado óptimo de salud para competir.

Por Alejandro Gormaz


Referencias bibliográficas

Ortín, F. J. (2009). Factores psicológicos y socio-deportivos y lesiones en jugadores de fútbol semiprofesionales y profesionales (Doctoral dissertation, Universidad de Murcia).

Ortín, F. J.; Garcés de los Fayos, Enrique J.; Olmedilla, Aurelio. (2010). INFLUENCIA DE LOS FACTORES PSICOLÓGICOS EN LAS LESIONES DEPORTIVAS. Papeles del Psicólogo, 31 (3), 281-288.

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