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Inteligencia Emocional: el cerebro de un deportista

Dentro de la fisionomía característica del cerebro, se engloban características psicológicas específicas como la autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía, habilidades sociales, etc, todas ellas pertenecientes al término de inteligencia emocional, siendo esta la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar las emociones tanto propias como de los demás.

Inteligencia emocional: factores emocionales

Los factores emocionales se encuentran íntimamente relacionados con el ámbito deportivo, encontrando relaciones entre las habilidades psicológicas relacionadas con la gestión de emociones y sentimientos y el rendimiento deportivo. Y siendo el desarrollo de estos factores emocionales los que atienden al entrenamiento de factores físicos, técnicos y tácticos de cada deporte. El equipamiento mental del deportista, compuesto por este conjunto de habilidades y capacidades que permiten afrontar con una mayor eficacia las situaciones de entrenamiento y competición, entre las que se encuentran componentes emocionales de control y superación de la tarea, motivacionales de práctica y pensamiento positivos, de control de ansiedad, o resiliencia, entre otros, es un elemento de gran utilidad para alcanzar el éxito en la competición.

La preparación psicológica resalta en este aspecto, indicando que el entrenamiento de las capacidades y habilidades cognitivas del deportista debe incidir en la mejora del autocontrol, el desarrollo de la capacidad de anticipación, la motivación, el control emocional y la mejora de la confianza, entre otros aspectos fundamentales. Además, debe luchar contra estados psicoemocionales negativos, como la ansiedad, caracterizada por sensaciones en las que predomina la preocupación y el nerviosismo, encontrando en ello un componente cognitivo y otro somático y relacionándose por tanto directamente con el arousal, estado óptimo del rendimiento, conseguido mediante sensaciones de calma, relajación y soltura. En este estado de alerta, el deportista goza de una sensación de autocontrol y autoconfianza óptima, muy relacionado con experimentar la sensación de fluir, consiguiendo el aislamiento de todo y centrándose plenamente en la actividad que se va a desarrollar, consiguiendo enfocar todas las habilidades, capacidades, pensamientos y emociones en la ejecución de la tarea.

Influencia de la Inteligencia Emocional en el rendimiento deportivo

La influencia de todos estos factores psicológicos sobre el rendimiento deportivo, se encuentran además estrechamente relacionados con la aparición de lesiones, obteniendo una menor posibilidad de lesión cuando se es capaces de atender a los factores y situaciones estresantes reuniendo las capacidades para afrontarlos y viéndolos como una parte más del proceso evolutivo de la vida de un deportista.

Tanto entrenadores como deportistas de alto nivel invierten tiempo en descubrir la forma de alcanzar el éxito; y contando con que las emociones juegan un papel fundamental en este proceso, se acaban consiguiendo niveles superiores de inteligencia emocional en deportistas expertos, asumiendo que es requisito indispensable para llegar a los niveles competitivos más altos, gozar de una gran capacidad de autocontrol y soportar mejor las situaciones de presión. Por ello, este cerebro deportivo se va formando con los años de entrenamiento acompañando el trabajo físico con el mental.

No existe una píldora que forme al mejor deportista ni se nace con este poder, pero es posible alcanzar la mejor versión de una mismo trabajando la estructura mental. 

Por Alba Niño González

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