Este año 2020 se cumplen 250 años del nacimiento del gran músico Ludwig Van Beethoven. Nació el 16 de diciembre de 1770 y durante todo este año se ofrecerán homenajes de todo tipo como la renovación de la Casa Museo Beethoven o la exposición de algunos de los cuadernos que utilizaba a partir de la pérdida de la audición. Además de esto, ha llamado especialmente la atención la iniciativa de uno de los homenajes que también se quiere llevar a cabo. La finalización de la Décima Sinfonía del compositor alemán, que dejó inacabada por motivo de su muerte en 1827.
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El uso de la Inteligencia Artificial (IA) en la Música
La Décima Sinfonía de Beethoven
Sin embargo, no es la primera vez que se intenta completar esta obra. En 1988 el musicólogo inglés Barry Cooper realizó un esbozo de lo que sería la composición. Si bien la parte de Beethoven era de dos o tres minutos, con las introducciones de Cooper quedaba en 15 minutos. Aunque el intento quedó en vano, no pareció convencer a la crítica musical.
Así pues, este proyecto financiado por Deutsche Telekom y liderado por un equipo de musicólogos con Matthias Röder (CEO del Instituto Karajan) a la cabeza, se han atrevido a completar esta obra con Inteligencia Artificial (IA). Para ello, se le han expuesto todas las obras de Ludwig, pero convertidas en formatos legibles para la IA. Después, Ahmed Elgammal y Mark Gotham, expertos en IA, dispusieron un sistema capaz de hacer que la máquina procese la máxima información sobre el estilo y la tendencia del compositor.
Uno de los elogios que ha recibido este acontecimiento ha sido la multiplicidad de posibilidades musicales que ha ofrecido la IA para la finalización de la obra. Unas cien variedades distintas. Un grupo de musicólogos se encarga de analizarlos y decidir sobre las mejoras alternativas, siendo los expertos los últimos en añadirles o sustraer las notas que decidirán el resultado final de la composición.
Muchos otros dudan acerca de si la IA será capaz de aportarle esa fluidez y frescura, sin parecer sus retoques demasiado automatizados. Por este motivo, se le ha proporcionado al dispositivo mucho material del compositor, para que pueda perder ese componente mecanizado y emplear recursos propios del maestro alemán. A pesar de todo, esto ha suscitado un cierto debate en el mundo de la música sobre si Beethoven hubiese dado su visto bueno ante esta solución o no, ya que a una parte no le ha agradado la idea. Sin embargo, está claro que se llevará a cabo, ya que no se asociará a Beethoven esta obra, sino más bien a la experiencia de lo que puede ser capaz una IA.
La Octava Sinfonía de Schubert
Existen también antecedentes en esto de que la IA complete una obra musical. Fue con la Sinfonía no. 8 de Schubert. Esta vez se completó mediante un Smartphone Huawei, aunque el resultado no agradó a la mayoría de los asistentes.
De esta manera, en un mundo en el que la influencia y la afluencia de las nuevas tecnologías están a la orden del día, vuelven a irrumpir en un área de nuestro desarrollo vital. Esta vez en una tan personal y humana como es la creación artística. Resulta comprensible e incluso reconfortante que las máquinas puedan sustituirnos o ayudarnos en tareas más desmotivadoras o rutinarias como barrer el suelo, fregar los platos o lavar la ropa. Incluso en la conducción automática que actualmente vemos incorporados en los últimos vehículos más sofisticados.
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De momento se desconocen los resultados de este proyecto, ya que la intención es hacerlo público a lo largo del año 2020 en su ciudad natal, Bonn (actual Alemania), aunque con la crisis de la Covid-19 actual no se puede precisar más. No se sabe si será un éxito o un fracaso, pero lo que sí sabemos es que esto supone un gran avance en el sector tecnológico y humano, ya que, si una IA es capaz de recopilar toda la información sobre el autor y completar el trabajo, quizá en un futuro recogiendo toda nuestra información acerca de cómo escribimos, cómo hablamos o qué páginas visitamos pueda escribir por sí misma este artículo que he redactado y me ahorre cierto trabajo. Quién sabe, esperamos con mucha expectación el resultado de este atrevido homenaje al maestro de Bonn.
Por Manuel Maldonado Megías