En el mundo actual nuestras vidas parece que siempre están abocadas a tener una rutina constante: levantarse pronto, desayunar, ir al trabajo o al colegio/instituto/universidad, comer, por la tarde volver del trabajo (aquellos que trabajan) o hacer deberes (en el caso de los estudiantes), cenar e irse a dormir para volver a empezar al día siguiente. Por supuesto, este esquema no es aplicable a todos ya que los trabajos no se producen solo por las mañanas, algunos son por la tarde e incluso por la noche, ni el 100% de las jornadas académicas son matinales puesto que también las hay por las tardes. Con esto quiero evidenciar que a lo largo de un día rutinario no tenemos demasiado tiempo para dedicarnos a nosotros mismos, a considerar como estamos en un momento determinado ni a pararnos a pensar en disfrutar de algún momento de esa ajetreada jornada, como por ejemplo practicar algún deporte o hacer mindfulness, entre otras actividades.
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¿En qué consiste el mindfulness?
Gracias a los avances que se han producido en Psicología, hoy en día disponemos de una técnica cada vez más utilizada en este campo denominada Mindfulness, la cual consiste en líneas generales en que la persona sea capaz de centrarse en el aquí y ahora poniendo su foco de atención en el momento presente, y que está compuesta de una serie de técnicas que nos permite relajar nuestra conciencia para evitar que elaboremos opiniones acerca de nuestros sentimientos y/o emociones.
Cómo practicar mindfulness de forma sencilla
Debemos encontrar un sitio tranquilo en el que nos sintamos a gusto, como por ejemplo nuestra habitación, aunque también se puede practicar en algún sitio abierto si la persona se va a sentir más cómoda, como en el jardín de casa, y una vez encontrado el lugar debemos sentarnos en una posición cómoda y con la espalda recta. Cuando ya estamos listos para empezar debemos concentrarnos en nuestra respiración, en como inspiramos y espiramos de forma suave y profunda, prestando atención también a los diferentes sonidos que podemos percibir pero sin tratar de identificarlos o juzgarlos. A continuación, podemos hacer un escáner corporal con el que analizar nuestro cuerpo tal y como es tratando de aceptar tanto lo bueno como lo malo de él.
Esta es la principal forma de practicar mindfulness, aunque también se han desarrollado otras con el paso de los años como son meditar mientras caminamos (tratando de encontrar un ritmo que sea liberador para nosotros) o durante el desayuno (con el fin de comenzar el día de una forma menos automática y más calmada) entre otras.
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Beneficios del mindfulness para nuestro día a día
Se han realizado investigaciones sobre los efectos positivos de esta técnica y se ha demostrado que practicar esta técnica durante al menos media hora al día puede aliviar síntomas de depresión o ansiedad, así como en la precepción del dolor. Otros beneficios que tiene esta técnica es que es beneficiosa a la hora de combatir los problemas de insomnio, dado que nos ayuda a tener un mayor y mejor control sobre nuestras emociones y comportamientos, a aumentar nuestra capacidad de concentración, el desarrollo de inteligencia emocional, favorece nuestra creatividad, permite mejorar las relaciones interpersonales y mejorar la memoria de trabajo. Además, nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, es decir, a tener una visión más clara acerca de nuestro autoconocimiento.
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En definitiva, el mindfulness es una técnica altamente recomendable que todos podemos aplicar en nuestro entorno habitual y cuya práctica supone que podamos alcanzar un nivel de bienestar con nosotros mismos bastante positivo, y ello con tan solo buscar un corto período de tiempo en nuestro día a día en el que poder realizar alguno de los ejercicios anteriormente descritos puede mejorar cualitativamente nuestra calidad de vida en grandes medidas.
Por Alberto Nieto Lara