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Influencia del apego familiar y los vínculos afectivos

Los seres humanos desarrollamos vínculos con las personas de nuestro entorno. Los vínculos afectivos son el resultado del comportamiento social de las personas. El rasgo clave de una vinculación consiste en que las dos personas que forman el vínculo tienden a permanecer próximos tanto emocional como físicamente.

Apego: primeros vínculos familiares

El primer gran vínculo y el más persistente que creamos suele ser el establecido entre Madre e Hijo. Los progenitores se convierten en figuras de apego que proporcionan afecto y protección al niño. El niño acudirá a las personas con las que desarrolle el apego cuando se encuentre con hambre, cansado, enfermo o asustado.

El apego es cualquier forma de conducta que tiene como resultado la proximidad a otra persona. Existen tres tipos de apego: apego inseguro evitativo, apego inseguro ambivalente y apego seguro.

El apego inseguro evitativo indica que el niño no tiene seguro que cuando tenga alguna necesidad va a ser cubierta por los padres, por ello muestran desinterés por relacionarse con ellos. El apego inseguro ambivalente supone que cuando el niño necesita un cuidador en ocasiones los padres le atienden y en ocasiones no, esto hace al niño más propenso a la ansiedad ya que no sabe si esta vez será atendido o no. En el apego seguro los niños tienen la seguridad de que sus padres están disponibles y serán sensibles a sus necesidades, esto hará que puedan explorar el mundo con seguridad.

Importancia de los vínculos durante la primera etapa del desarrollo

Un vínculo sano y fuerte durante el desarrollo de los niños ayuda a que este sea adecuado y permite que el niño explore el mundo de una forma sana. Si el niño no desarrolla una relación de seguridad con sus personas de referencia o este vínculo se rompe esto puede suponer un problema en su desarrollo.

Existen diversos tipos de ruptura de un vínculo, puede ocurrir que aparezca un acontecimiento que haga que nos separemos de una persona como una discusión, pérdida de confianza o engaños, además el vínculo puede desaparecer por el fallecimiento de una de las dos personas o por su lejanía física, como vivir en otro país.

La ausencia de vínculos afectivos o ruptura de estos en la infancia aumentan las posibilidades de causar trastornos psiquiátricos. Además, los estudios indican que la ruptura de vínculos en la infancia está asociadas a personalidad psicopática, depresión, actitudes de delincuencia o violencia y suicidio. La psicopatía se caracteriza por actos contra la sociedad, por ejemplo, crímenes, actos contra la familia como negligencia o crueldad y actos contra sí mismo, por ejemplo, adicción. La capacidad de establecer y mantener vínculos en personas con psicopatía destaca por su ausencia y esta baja interacción social contribuye a ser más hostil con el entorno y consigo mismo.

El vínculo seguro entre padres e hijos es fundamental para que la familia y la sociedad avancen de manera equilibrada ya que una ruptura en este vinculo puede afectar a la conducta de un niño y a su desarrollo en distintas áreas. Generar lazos afectivos estables y sanos se convierte de esta manera en una herramienta fundamental en las terapias familiares ya que mejora la salud mental de todos los involucrados.

Por Paula Ortega Pérez

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