Actualmente, el divorcio es algo que ocurre en muchas parejas casadas. Mitos del amor romántico como “te querré para siempre” o “hasta que la muerte nos separe” están empezando a caer y los miembros de la pareja que se dan cuenta de que el amor no tiene por qué ser para siempre o que hay otras situaciones, además de la muerte, que pueden separar a dos personas que en el pasado se quisieron.
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Sin embargo, uno de los motivos que más retiene a una pareja de separarse o divorciarse son los hijos o hijas que tienen en común. Se tiene miedo a que estos sufran o que les queden secuelas por un posible trauma que les podamos dejar. Este sentimiento es lógico dado que las familias divorciadas se enfrentan a múltiples situaciones estresantes y que deben superarse, dado que una mala separación de los padres puede tener, efectivamente, consecuencias negativas en los niños y niñas.
No obstante, muchos autores y autoras confirman que para los niños y las niñas es mucho mejor pasar por el divorcio o separación de sus padres que vivir el día a día en un eterno conflicto. Puede que no vean como sus padres se pelean continuamente o mantienen conductas poco cariñosas, sin embargo, los niños, que son como esponjas, están respirando un ambiente muy hostil y esto, por desgracia, también puede tener consecuencias tan nefastas como las de ver cómo tus padres se separan.
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Consecuencias negativas del divorcio en los niños y niñas
La separación de los padres puede resultar muy desconcertante y angustiosa, aunque sean conscientes de los problemas que tenían sus padres. Los hijos e hijas de padres divorciados es cierto que tiene mayor riesgo de tener dificultades en sus relaciones adultas como, dificultad para comprometerse, confiar en las relaciones, así como miedo al fracaso y al abandono. Esto puede deberse a que ellos no han tenido, o la tienen de forma lejana en la memoria, la imagen de pareja estable.
De todas formas, estas consecuencias negativas se amortiguan en los procesos de divorcio donde la separación ha sido lo más pacífica posible. De lo contrario, también corren el riesgo de sufrir, cuando ya son adultos/as, experiencias y recuerdos estresantes y dolorosos causado por la conducta conflictiva de los padres y por la pelea por la custodia y los regímenes de visitas que se establecen. Queremos insistir en que, en muchos casos y en especial en aquellos donde el nivel de conflicto es alto, es importante tener en cuenta que la separación siempre será positiva porque seguramente suponga una mejora en el ambiente del hogar donde se convive, de forma que las niñas y los niños dejen de vivir en un entorno cargado de enfrentamientos, disputas y enemistad.
Cómo comunicar el divorcio o la separación a los hijos e hijas
No obstante, la comunicación de la noticia de que papá y mamá se van a separar, si es adecuada, puede amortiguar muchas de las consecuencias negativas que hemos mencionado en el apartado anterior. Por ello, os queremos dejar aquí algunos consejos que os pueden venir bien a la hora de comunicar vuestra separación a vuestros hijos, si no lo habéis hecho aún y no sabéis cómo.
- Escoged un momento adecuado para abordar el tema. Es preferible no elegir un momento donde ya se ha dado un desacuerdo y ello haya llevado a una pelea. Mejor, elegid un momento en el que el ambiente esté calmado.
- Ese momento no debe adelantarse mucho a los acontecimientos, pero tampoco retrasarse. Es decir, la noticia del divorcio se ha de comunicar cuando la pareja ya ha tomado la decisión definitiva y ya no haya vuelta a atrás. De lo contrario, podemos infundir falsas esperanzas en los niños y niñas. Eso sí, retrasar demasiado el momento, por ejemplo, cuando uno de los dos ya ha buscado otra viviendo también puede dañar a los pequeños, pues no se les ha dado tiempo a que se preparen.
- Ten en cuenta la edad de tus hijos e hijas. No es lo mismo comunicárselo a un/a adolescente que a niños y niñas que aún no han llegado a la pubertad. Los adolescentes ya han visto y vivido muchas cosas, por lo tanto, negar evidencias no es algo que les vaya a beneficiar.
- Poneos de acuerdo entre vosotros/as en los argumentos que vais a dar de los motivos por los que os separáis. Es frecuente que algunos niños y niñas crean, erróneamente, que sus padres se separan por su culpa, por ello, es fundamental que seáis coherentes con las razones que les vais a dar, tanto en conjunto como por separado. ¡Ojo! No es necesario que se den explicaciones exhaustivas de la causa del divorcio, no tiene que saberlo todo, pues la intimidad de sus padres sigue estando vigente.
- Hazle saber a tu hijo/a que le sigues queriendo. Esto, que a los ojos de muchos y muchas se da por hecho, resulta un error dar por entendido que tu hijo/a lo sigue sabiendo. Va en relación con lo que hablamos justo anteriormente de que muchos niños y niñas tienden a creer que la culpa de que sus padres se divorcien es de ellos.
- Transmitir que no hay ganadores y perdedores. La decisión de la separación es algo que se hace por el bien de toda la familia.
- Explicarles cómo va a ser su vida a partir de ahora. Esto es importante y, sobre todo, hacerlo con la mayor sinceridad posible, ya que la falta de información les puede generar estrés emocional y mucha confusión. Asimismo, conviene tenerles en cuenta a la hora de tomar el alguna decisión que le afecte a ellos/as.
- No poner de culpable al otro miembro de la pareja. Este es el error más común que se suele hacer a la hora de comunicar un divorcio, echarle la culpa al otro. Esto no hace más que generar más tristeza e inestabilidad emocional en los pequeños y no beneficia en nada.
En conclusión, pasar por un divorcio es un proceso doloroso para toda la familia y, aunque los hijos e hijas pueden llegar a sufrir mucho y que, por supuesto, hay que tenerles en cuenta y cuidar muy bien cómo se lo vamos a decir, es esencial que los miembros de la pareja tampoco se descuiden a ellos mismo, ya que, como hemos dicho, los niños y las niñas absorben todo y si no ven bien a sus padres, al final también van a pasarlo mal. Es por ello que te animo a que, si ves que no puedes manejar esto por ti mismo o por ti misma, pidas ayuda psicológica profesional, de forma que puedas aprender a gestionar tus propias emociones y, desde ahí, ayudar a tus hijos a afrontar la situación de la mejor manera posible.
Por UPAD Psicología y Coaching