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Entrenando entrenadores

Esta semana nos hemos llevado todos las manos a la cabeza a raíz de la brutal patada propinada por un entrenador de fútbol a uno de sus jugadores infantiles en Rusia.

 

Siendo este comportamiento concebido directamente como delincuencia por la gran mayoría de aficionados al fútbol, se nos viene a la mente casos que lindarían más la frontera entre lo adecuado y lo inadecuado del comportamiento de un entrenador de niños: los gritos, las humillaciones, los castigos

 

Evidentemente, cada entrenador tiene su estilo, cada niño tolera mejor unas cosas que otras y cada caso es un mundo. Sin embargo, he aquí unas directrices generales que se pueden (o no) tener en cuenta a la hora de incorporar la herramienta de la psicología al entrenamiento en fútbol:

 

El feedback es la información que damos al deportista sobre algún aspecto de su rendimiento, y tiene una importancia capital ya que afecta de forma directa a la autoeficacia del deportista, que es la percepción que este tiene de sus habilidades para el fútbol o para subtareas relacionadas con el fútbol (es decir, lo bueno que se cree en algo)

 

Existen dos tipos: el feedback positivo (si lo han hecho bien) y el feedback negativo (si lo han hecho mal).

 

El feedback negativo es un tema muy delicado de tratar. Disminuir la autoeficacia de un deportista en desarrollo es un riesgo muy serio, ya que esta determinará en gran medida la cantidad y la dirección del esfuerzo (también conocidas como motivación) que el niño desplegará en el futuro más próximo, lo que a su vez determinará su crecimiento, su rendimiento inmediato, su disfrute y su experiencia, todo interrelacionado entre sí.

 

Se recomienda que se dé en privado y aludiendo a conductas (ej: “prueba a hacerlo asi”). Además, es aconsejable evitar palabras como “pero” y transmitir el mensaje en positivo y con orientación al futuro (“busca el desmarque” en contraposición a “NO te quedes parado”). Además, el mensaje tendrá mejor aceptación si es precedido de un feedback positivo (lo que se ha hecho bien) y termina con un mensaje de ánimo.

 

Es importante, además de tratar de modificar las conductas que queramos cambiar, reforzar las conductas que queramos promover, ya que esto aumentará la probabilidad de que se repitan en el futuro. Para ello tenemos el feedback positivo, que se potencia si se da en público y en referencia a esencia (ej: “¡qué bueno eres!”). Hay que tener en cuenta también nuestro lenguaje no verbal (gestos, posturas, miradas, aprovechamiento de espacios…), que debe ser coherente con el verbal.

 

Por último, cabe destacar la importancia de que los deportistas sepan para qué tienen que hacer lo que hacen, que reflexionen sobre qué manera es la mejor de actuar, que se equivoquen y aprendan de ello…

 

Esta es una pequeña reseña de algunas de las medidas que se pueden tomar en el entrenamiento de deportistas en desarrollo pero, lo más importante, es dudar continuamente de nuestro método, revisarlo, actualizarnos, reciclarnos… Probablemente, el problema que ha tenido el infantil de las noticias es que su entrenador está muy seguro de su método, ese que a nosotros nos parece tan criminal.

 

 

Jaime Marcos

@Jaimemarcosred

 

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