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Efectos neurobiológicos de maltrato infantil

El maltrato infantil es un problema cada vez más latente en nuestra sociedad que puede tener serias afecciones en el desarrollo de una gran parte de la población. Es muy complicado llegar a saber fielmente cuántos niños lo sufren debido a su vulnerabilidad, pero cada vez son más las organizaciones que enfocan su ayuda a los menores que están en estas situaciones y que luchan contra los malos tratos.

Las formas de maltrato más nocivas son el abandono y el maltrato psicológico, pero no hay que olvidar que también se desarrollan abusos muy peligrosos que se están produciendo de igual a igual, y a los que todo el mundo parece dar mucha menos importancia, como son el bullying y el ciberbullying.

Todas las afectaciones neurológicas producidas a raíz del maltrato infantil se basan en la hipótesis de la vulnerabilidad cerebral. Esta sostiene que una vez que se ha producido un daño o algo se ha salido de la norma en el desarrollo del sistema nervioso de un niño, después, aunque el cerebro tenga mucha plasticidad, su curso de desarrollo ya no es equiparable al que habría tenido sin esta estimulación negativa.

Efectos del maltrato infantil en nuestro cerebro

Las conexiones neuronales del cerebro empiezan a producirse antes del nacimiento del bebé, pero es un proceso que se prolonga en el tiempo y en el que influyen los factores ambientales. El abuso puede afectar a este proceso, pudiendo llevar a problemas de integración de la información. Las tempranas experiencias pueden producir un aumento o disminución de hasta un 25% de las conexiones neuronales.

Estudios demuestran que existe un gran número de adultos que han sufrido maltrato infantil, y que por ello tienen afectaciones en el sistema neuroendocrino. Los niveles de cortisol (principal hormona del estrés) son más altos en este grupo. Hay algunas áreas cerebrales que son más vulnerables que el resto a las situaciones de estrés temprano. En general se puede observar una disminución media del 8% en el tamaño del cerebro de niños que sufren maltrato, en comparación con el de niños no afectados por este tipo de problemáticas. El volumen cerebral de los niños está directamente relacionado con la edad en la que comienza el maltrato: a menor edad de inicio menor es el desarrollo cerebral, e inversamente con el tiempo de duración del maltrato: a mayor tiempo, menor es el desarrollo.

Consecuencias cerebrales del maltrato infantil

Estrés en el hipocampo

El estrés temprano en el hipocampo produce una baja formación de sinapsis, lo que causa una disminución de hasta el 19% del volumen normal de este área que conlleva una mayor probabilidad de sufrir trastorno por estrés post-traumático, depresión, pensamientos disociativos y una mala interpretación de la información. Esto puede explicar por qué algunas personas olvidan los episodios traumáticos que han vivido de pequeños.

Carencias en las habilidade sociales

Los sujetos que han sufrido maltrato infantil sufren carencias en las habilidades sociales debido a una cantidad excesiva de sustancia gris en el giro temporal superior producida por una ausencia del proceso de poda sináptica.

Problemas de atención, ansiedad y depresión

Estudios muestran que hay una baja mielinización en el cuerpo calloso en menores maltratados, lo que causa que los hemisferios se terminen desarrollando de un modo más independiente. Se produce así un peor procesamiento del entorno, problemas de memoria, atención y concentración y problemas psicológicos como ansiedad y depresión.

Mala regulación emocional

El hemisferio más afectado es el izquierdo, y las regiones que más perjudicadas acaban debido a los abusos tempranos son las encargadas de inhibir las conductas agresivas, lo que produce mala regulación de las emociones, comportamientos agresivos y conductas antisociales en la adultez, perpetuando así el ciclo de la violencia.

Los malos tratos conllevan problemas fisiológicos (decremento del volumen cerebral y alteraciones en los procesos neuroendocrinos) que dan lugar a muchas deficiencias cognitivas en diferentes áreas (lenguaje, memoria, atención, control de las emociones…). Por ello todos debemos intervenir cuando seamos espectadores de situaciones de cualquier tipo de maltrato, y en especial de maltrato infantil, para intentar asegurar el bienestar y la salud de la gente que está a nuestro alrededor, y así conseguir cerrar el ciclo del maltrato.

Por Lupa Pérez Ruíz

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