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¿Cómo influye el Reggaetón en nuestro cerebro?

El reggaetón, es el ritmo de moda que está sonando por todos los rincones del mundo. Desde que se lanzara el sencillo “la gasolina” de Daddy Yankee, en el 2004, primer gran éxito mundial de reggaetón, hasta las recientes canciones de Bad Bunny, uno de los artistas más reconocidos de la actualidad, hemos convivido con numerosos éxitos mundiales cantados sobre este ritmo. El incremento de la popularidad de este género, parece que lejos de seguir estable, se mantiene en crecimiento y aún no sabemos hasta donde puede llegar, lo que si parece evidente es que después casi veinte años del primer éxito, no va a ser un género que vaya a ir a menos, ya que siguen saliendo canciones que se escuchan mundialmente y los artistas hacen giras a lugares cada vez más exóticos.

Todos podemos ver que es un ritmo muy utilizado en las discotecas, pero a parte de esto, ¿tendrá alguna otra utilidad que no sea disfrutar la noche?

Investigación sobre la influencia del Reggaetón en nuestro cerebro

Pues bien, se ha comparado como afecta en el cerebro la música clásica, el folclore, la electrónica y el reggaetón y podemos ver como este último tipo de música provoca una mayor activación en la actividad cerebral, en las zonas encargadas de procesar el sonido, no sólo eso, también en las zonas encargadas de procesar el movimiento. Esto lo podemos saber porque se llevó a cabo una investigación en la que se analizaba anatómicamente el cerebro de los participantes, y luego, la señal BOLD, para ver qué áreas del cerebro reclutan oxígeno (es decir, que se activan), representándose con diferentes colores, en función de si se obtiene más o menos oxígeno.

Podríamos pensar que esto sucede porque las personas seleccionadas tienen una preferencia por este género, pero para nada es así, para evitar este sesgo, se seleccionaron a personas con gustos musicales variados, para evitar que el gusto musical subjetivo alterara los resultados.

También, podemos pensar que lo que pasa en el cerebro, es por ser el único género cuyas canciones tienen letra, pero una vez más, no es así. Se estableció una condición bastante importante, en todos los géneros, eliminaron la voz de las canciones, el motivo es porque se activarían zonas más propias del lenguaje, que no es tan específica de la música, tan sólo dejaron las melodías que incluye la canción, el bombo, la caja y todos los elementos que no sea la voz.

Para hacernos una idea de las canciones que se pusieron, fueron con respecto al reggaetón, “Shaky” de Daddy Yankee y “Ginza” de J Balvin; alguna canciones de electrónica fueron, “Passion” de Alberto Feria y “L’amour toujours” de Dzeko, hablando de música clásica, el concierto en mi menor de Vivaldi y el minué de los aires en re de Luis Cobiella, y, por último, en folclore, folías y malagueñas canarias.

Los resultados parecían indicar que el reggaetón mostraba una mayor diferencia de activación con respecto al resto de géneros musicales, especialmente cuando se comparaba con la música clásica. Además, se pudo apreciar como la electrónica también generaba una mayor activación de las regiones motoras, aunque significativamente menos que el reggaetón.

El posible uso del reggaetón para enfermedades degenerativas

Otro punto relevante es que el reggaetón activa los ganglios basales, que son grupos de neuronas que están en zonas profundas del cerebro y que se encargan de modular la postura, de comenzar y finalizar un movimiento… además están involucrados en el sistema de recompensa o placer. Aquí es donde se encuentra el origen de algunas de las enfermedades degenerativas como puede ser el Parkinson, en las que hay una degeneración progresiva de algunos de ellos que causa un disminución de la dopamina y que en última instancia produce, entre otros, alteración del movimiento. Esta información podría ser de utilidad a la hora de tratar este tipo de enfermedades e incluso para prevenirlas.

Aunque todo los beneficios que hemos explicado que puede tener el reggaetón sean muy interesantes, lo cierto es que aún no podemos sacar conclusiones. Para ello necesitamos seguir investigando acerca de este tema y a partir de tener suficiente evidencia científica, y si esta no lo refuta, podremos trabajar y encontrar formas para aprovechar esta información.

Por Francisco Javier Sanz Díaz

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