Hacer deporte siempre se ha tenido en consideración como uno de los elementos más básicos que ha de estar presente en la rutina de todo el mundo. No solo por los evidentes beneficios en salud que proporciona, sino también por su estilo educativo; la disciplina impartida, hacer amigos, desconectar, etc. Entre todas estas ganancias, se encuentra también la de la reinserción social.
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El Rugby y el deporte en la cárcel
Desde hace tiempo, en numerosos centros penitenciarios se crearon ligas para competir entre ellos; fútbol, baloncesto, etc. Sin embargo, un deporte que no se había tenido en cuenta hasta hace poco, ha traído noticias muy esperanzadoras de cara a los cambios de conducta de los internos: el rugby.
En un artículo publicado por la revista Marca, viajaron hasta el Centro Penitenciario El Dueso (Cantabria), donde Chucho Mozimán (entrenador profesional de rugby) fue el encargado de emprender este proyecto de reinserción. Esta idea fue puesta en marcha previamente en Argentina, donde los resultados fueron muy positivos, según datos del Ministerio del Interior argentino, el 65% de los presos que salen reinciden en el delito, pero ese porcentaje se reduce al 5% cuando los reos pasan por este proyecto de reinserción. En España aún se desconocen los resultados, ya que se ha implementado el tiempo suficiente para poder extraer conclusiones.
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El rugby es un deporte en el que se encuentra como lícito soltar cada uno su adrenalina, pero también con unos límites reglados y con una política de respeto a los demás muy arraigada, lo que provee a los jugadores de autocontrol y mayor tolerancia a la frustración. Al fin y al cabo, el autocontrol es el área más importante de trabajar para los internos, puesto que es una habilidad necesaria para vivir en libertad y de modificación de conductas, mediante una metodología rica en principios éticos y filosóficos.
En general se trata de un ejercicio que se presente como novedoso, generando nuevos hábitos saludables y ofreciendo un contexto para el cambio de actitudes (Molina, 2009). Ya que se trata de una actividad motivadora en aras de beneficiar la salud psíquica de los presos, estos se valoran más a sí mismos y adoptan rutinas saludables, adquiriendo, además, habilidades sociales y modificando positivamente sus conductas en pro de una reinserción social total. Sus beneficios se extienden a otras actividades que tienen que realizar en el centro y les otorga una clarividencia, suficiente para reflexionar acerca de sus vidas, sus actos, convirtiéndose el deporte en un factor determinante para el desarrollo de sus estrategias de integración. El interno, al adoptar hábitos sociales adecuados, puede reconocer sus opciones de integración social y luchar por aprovechar las nuevas oportunidades que se les presenten en sus vidas. En el caso de los presos, que en general, poseen mayores habilidades sociales y de autocontrol, el deporte les permite conservar y mejorar determinados aspectos para lograr una mejor adaptación al mundo en el que se presentarán en un futuro (Molina, 2009).
Beneficios del deporte en los centros penitenciarios
La práctica deportiva dentro del ámbito penitenciario trae consigo grandes beneficios tanto en lo físico como en lo psicológico para aquellos condenados a penas privativas de libertad. Esta opinión parece ser prácticamente unánime en los internos, así como por los propios centros penitenciarios, los cuales admiten la relevancia de las funciones que la práctica deportiva tiene dentro de las prisiones, llegando a ser un elemento de desahogo para los internos, una vía de escape ante las duras condiciones de la vida carcelaria, un transmisor de valores y principios no sólo deportivos, sino también vitales, etc (Pereda Azofra, 2016). Pero, sobre todo un elemento de cohesión grupal, donde proliferan todos los valores que hemos comentado, que generados con sentimientos de camaradería e identificación de grupo hacen que sean de mayor calado para los internos. Con todo ello, se puede concluir que el deporte es un gran generador de beneficios y ventajas para los internos durante su estancia en prisión, posibilitando un aprendizaje que trasciende de sus muros (Pereda Azofra, 2016).
Por Manuel Maldonado Megías
BIBLIOGRAFÍA
Molina, F. (2009). Deporte, Interculturalidad y Calidad de Vida: Nuevos Modelos de Integración Social. Revista Andaluza de Ciencias Sociales, 165-173.
Pereda Azofra, A. (2016). El deporte como medio de rehabilitación y reinserción social en el sistema penitenciario español. REDUR 14. págs. 257-294.
Rugby entre rejas. Marca