“El resultado en inferiores no debería verse, sino la formación. No veo si el equipo gana o pierde, me gusta mirar al jugador”, estas son las palabras que pronunciaba en rueda de prensa el pasado 23 de noviembre Gabriel Heinze (actual entrenador de Vélez Sarsfield y exjugador de equipos como Real Madrid o Manchester United).
En esta línea, la Real Federación Gallega de Fútbol propuso a los equipos que no publicasen los resultados exactos de los partidos de las categorías disputadas por jugadores menores de 12 años (alevines, benjamines y prebenjamines); a pesar de no tratarse de una imposición, diversos clubes como el Real Club Ferrol o el Atlético Coruña se sumaron a esta iniciativa y decidieron que publicarían sus resultados como en la quiniela (1-X-2).
El uso del resultado en el deporte de formación
El debate de la importancia de los resultados en el fútbol de formación no es nuevo, en otros deportes ya existen reglas que contemplan qué hacer cuando las diferencias entre dos equipos se traducen en resultados muy abultados. Un ejemplo de estas reglas de compasión se aplica al baloncesto, en el cual el acta se cierra una vez que un equipo gana por una diferencia de 50 puntos.
En el caso del rugby para menores de 14 años, el seleccionador Felipe Rodríguez afirma que las reglas de compasión se aplican con gran deportividad y naturalidad, cerrándose el acta al alcanzar los 30 puntos de diferencia, habilitando los cambios ilimitados e incluso permite que los entrenadores lleguen a un acuerdo para que un jugador se cambie de equipo para conseguir equilibrar la competición.
Una de las ventajas más obvias de la eliminación de resultados o de la aplicación de reglas de compasión, es que permiten una mayor participación de aquellos jugadores que menos minutos disputan. En el deporte de formación, lo que debe primar es el desarrollo de los jugadores y éste difícilmente podrá darse si no tienen oportunidades de participar en los partidos al igual que sus compañeros más competentes.
Otro de los factores positivos de esta medida resulta en la reducción del impacto emocional que tienen las goleadas abultadas en los jugadores del equipo perdedor. Es cuestionable que una victoria con una gran diferencia en el marcador se traduzca en un mayor aprendizaje, en cambio, las posibilidades de aprendizaje de valores (en la victoria y en la derrota) de respeto hacia el rival son enormes; tal como ejemplificó Iker Casillas en la final de la Euro 2012, cuando pidió al árbitro que no añadiese tiempo extra por respeto a la selección “Azzurra”, que perdía 4-0.
Resultado vs Rendimiento
No obstante, la propuesta de eliminar los resultados de las categorías inferiores ha sido criticada en el sentido de que supone la eliminación del factor competitivo del deporte, elemento, arguyen los detractores de la medida, constitutivo de la práctica deportiva y por lo tanto de su formación. Desde este punto de vista, la práctica de un deporte incluye la posibilidad de ganar y perder y esto es lo que motiva a los jugadores a esforzarse, entrenar y luchar por ser los mejores.
Si preguntamos a cualquier niño por su jugador favorito o su ídolo, seguramente nos responda “Messi”, “Cristiano” o la estrella de su equipo local, no obstante entre los seguidores del fútbol existe admiración por aquellos jugadores que demuestran valores humanos, como es el caso de Oscar de Marcos, jugador del Athletic Club del que recientemente se reveló que visita semanalmente a niños enfermos de cáncer en el Hospital Universitario Cruces. Estos gestos son los que emocionan, más allá de los logros deportivos y que nos hacen ver que además de competidores, el deporte tiene que ser una fuente valores que hagan a nuestros hijos ser buenos futbolistas, pero, más importante aún, buenas personas.
El debate sigue abierto, debemos decidir cuánto de formativo tiene el fútbol base y cuánto de competitivo. Esta cuestión incumbe a todos los agentes participantes (entrenadores, padres, árbitros, jugadores y otros miembros del cuerpo técnico) y deberíamos preguntarnos, ¿qué diferencia hay entre conocer el resultado exacto o simplemente saber que has ganado?, ¿es realmente necesario exponer a los más pequeños a una posible humillación y sus consecuencias a cambio de ponerle nombre y apellido a cada uno de los goles de un partido?
Por Ander Aparicio.