En algunos momento de la vida hay personas que tienen la sensación de que las 24 horas del día no son suficientes para terminar todo lo que tienen que realizar, esto puede provocar en algunos casos que alguien poco a poco se sienta con mayor nerviosismo, ansiedad… en resumen, que comience a experimentar los síntomas específicos del estrés… y lo que necesitamos es periodos de relajación.
Existen diferentes técnicas de relajación, las cuales precisan un pequeño tiempo de dedicación al día y unos grandes beneficios globales en las personas. En primer lugar hablaremos de la relajación progresiva de Jacobson en la que iremos relajando las diferentes partes de nuestro cuerpo por zonas, tensando en primer lugar estas para así posteriormente ir relajando y tener mayor sensación de pesadez de ellas. Todo ello lo realizaremos en una posición corporal cómoda, con una música adecuada que nos haga sentir tranquilos y nos de paz, sin que tenga sobresaltos a mitad del tema. Esta técnica se desarrollará con una voz que nos irá guiando en cómo ir relajando todos nuestros músculos por partes, una voz que será pausada y tranquila. Esta actividad requiere unos 10/ 15 minutos diarios, aunque siempre podemos realizarla las veces que queramos al día, y como no, decir que mientras más se practique mayor control de la técnica tendremos y más fácil nos resultará hacerlo.
Por otro lado, también podemos practicar la respiración diafragmática. Con esta técnica de respiración lo que se trata es de aprender a utilizar los músculos de la zona baja de los pulmones, es decir, la zona diafragmática, para respirar, y de esta manera conseguir alcanzar una buena relajación. Para iniciarse en esta técnica, debemos ponernos cómodos, preferiblemente tumbados boca arriba, poniendo las manos en el abdomen, y antes de empezar a realizar la técnica es bueno que expulsemos el aire de nuestros pulmones varias veces. Una vez hecho esto comenzaremos con la respiración diafragmática, para lo cual se inspira y se lleva el aire a nuestra parte abdominal de manera que sintamos que nuestras manos suben, se mantiene el aire en el interior un poco, hasta que vamos a expirar poco a poco, sintiendo como se relaja la zona. Está práctica requiere unos 5 minutos de nuestro tiempo, y es muy útil para nuestra vida.
Ambas técnicas suelen practicarse al mismo tiempo, ya que respiración junto con técnica de relajación es una combinación estupenda, que si lo vamos trabajando hará que estemos en un estado de paz muy agradable. Ambas técnicas se aplican a cualquier situación que nos pueda acaecer en nuestras vidas, de manera que si en algún momento estamos viviendo un momento de tensión y tenemos control de ellas podremos relajarnos con gran facilidad, disminuyendo la ansiedad y sintiéndonos más tranquilos para poder disfrutar más de los pequeños momentos de la vida y afrontar nuestros retos con una actitud más apropiada para nuestro bienestar.
Arancha Hidalgo