Nos encontramos en un momento de la temporada donde los resultados y rendimiento académico toman aún más relevancia de la que ya de por sí tienen a lo largo del curso, ya que se pone fin a la segunda evaluación e inicio a una tercera marcada por la proximidad del verano y el final del curso. Como es lógico y normal, algo prioritario es que éste aporte buenas calificaciones y aprendizaje en todos los hogares que forman parte de nuestra escuela, priorizándose así en ocasiones, por amplios intervalos de tiempo, la ausencia a los campos frente a los estudios. Este pensamiento y opción tan común y frecuente suele tomarse con la premisa de que esta ausencia va a ayudar al alumno a que se enfoque mejor, no se distraiga con el deporte o goce de más tiempo para abarcar a todas sus obligaciones académicas.
Beneficios del deporte en el rendimiento académico
Si bien es cierto que en algunos casos hay una proporción de alumnos a los que esta opción les beneficia y hace ganar un plus de tiempo que emplean a fondo para estudiar con un buen nivel de concentración, esto no siempre es así, ya que otro amplio porcentaje de los alumnos se ven perjudicados por esta iniciativa, mostrando falta de atención en ese tiempo, falta de eficiencia, distracciones de otro tipo o, incluso, desvío de la atención del estudio a la propia actividad deportiva restringida durante ese periodo de estudio. En base a esta situación que a unos les beneficia y a otros les perjudica surge el eterno debate de cuál de estas elecciones es mejor, para el cual cabe ser mencionado que ambos tipos de estudiantes pueden beneficiarse a la hora de estudiar correctamente sin abandonar la práctica del deporte, en cuyo día a día se ponen en juego variables que intervienen y se encuentran directamente relacionadas con el rendimiento en el estudio. En otras palabras, asistir a los entrenamientos deportivos no solo supone una mejora a nivel físico, técnico o de salud, sino también supone un beneficio a la hora de rendir mejor en el plano de los estudios.
La transferencia del deporte en los estudios
A pesar de que suene irónico u orientado como una tentativa por parte de las escuelas para que los jóvenes no desistan en su compromiso deportivo, nada más lejos de la realidad. Si lo pensamos detenidamente, en cualquier deporte entran en juego aspectos muy relacionados con aquellos que estamos como padres interesados en que nuestros hijos adquieran de cara a su rendimiento académico. ¿Aún no nos lo creemos del todo? ¿No es necesario que un jugador de baloncesto atienda, interprete y comprenda la defensa que el equipo rival le plantea para buscar la ventaja o el sistema de juego más apropiado? ¿No necesita un esgrimista ser capaz de interpretar y memorizar los errores del rival para localizar sus debilidades? ¿No necesita un tenista saber manejar sus emociones a la hora de poder afrontar partidos largos o situaciones adversas para levantar un partido con un set abajo? ¿Y que un futbolista tenga confianza de coger el balón y lanzar su mejor penalti? ¿No necesita tu hijo la motivación de un deportista para afrontar los exámenes y enfrentarse al “partido” que constituyen los libros y poder ganarlo? Existen un sinfín de variables que se entrenan cada día en el deporte y que su adquisición tiene una transferencia hacia ese importante terreno de juego que representa el escritorio, los libros y nuestro bolígrafo como única arma para ganar el partido con el mejor resultado.
El papel de los padres
Desde nuestro papel de padres, tenemos la opción de coger nuestro traje de entrenador de día a día y acompañar esos valores y herramientas que el deporte les enseña a adquirir a través de aquello que les apasiona y potenciarlo con el importante papel que desempeñáis en el hogar. De este modo, el beneficio es bidireccional, el avance deportivo mejora al estudiante y el rendimiento académico nos aportará mejores deportistas, entrando así en un bucle que, enfocado y supervisado adecuadamente día a día, dejará a su paso una estela de resultados positivos en el desarrollo deportivo, académico y humano.
Por David Vigara