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4 consecuencias negativas del consumo de pornografía

¿El porno es malo? Esta pregunta representa en sí misma el eterno debate que suscita hoy en día el mundo de la pornografía. A pesar de que existen algunos estudios científicos que reportan algún beneficio asociado a su consumo, en este artículo vamos a destacar algunas de las posibles consecuencias negativas que se extraen desde el campo de la sexología y que nos invitan a estar prevenidos, precisamente para no caer en un consumo excesivo. Como reza la sabiduría popular, “en exceso, todo es malo”.

En primer lugar, es importante recalcar que como tantas otras conductas, la conducta sexual humana se adquiere a través del aprendizaje vicario, es decir, aquel que adquirimos a través de la observación y la imitación. Por tanto, la pornografía puede ser calificada como un potente educador sexual, no por ello el más adecuado, debido a su facilidad de acceso y a la generación de recompensas rápidas y el efecto novedad que puede modificar la cultura del esfuerzo necesaria en situaciones naturales para obtener dichos refuerzos, que en casos extremos, puede llevar a la adicción en su consumo.

En una era en la que la tecnología está al alcance de la mano de cualquiera, tenemos un acceso rápido y sin invertir ningún esfuerzo, a las páginas pornográficas. Esto significa que con un solo click, podemos acceder a visualizar un video porno de cualquier categoría, modalidad o género, siendo por todos sabido que, a menor cantidad de tiempo y esfuerzo invertido en una actividad, mayor capacidad posee ésta para engancharnos (ej.: ocurre algo parecido a la hora de ver varios capítulos seguidos de una serie, sin necesidad de parar para ver anuncios o por ejemplo, cuando no podemos dejar a un lado el candy crush). Es tan fácil acceder, que es difícil no caer en la tentación.

En el caso del mundo del porno, esto tiene otro tipo de consecuencias. Diversos estudios sostienen que el porno tiene efectos, tanto en el comportamiento como en la forma de pensar de quien lo consume, así como en nuestro sistema de recompensa y, por consiguiente, en nuestro deseo sexual ¿Cómo? Generando alteraciones en el cerebro muy parecidas a las provocadas por cualquier otra adicción. El consumo de pornografía puede tener las siguientes consecuencias:

¿Cómo afecta el porno a nuestra conducta y deseo sexuales?

1. Provoca adicción

Numerosas investigaciones demuestran que la adicción al porno funciona como cualquier otra adicción, produciendo tolerancia: cada vez se necesita más cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto. Esto explica por qué las personas que consumen porno empiezan viendo escenas suaves y acaban en contenidos más extremos y descabellados, buscando continuamente la novedad. Además, genera un alivio que es meramente temporal.

2. Distorsión de la realidad

Un joven que ve numerosas imágenes donde el hombre jamás fracasa en el sexo, es visto como un auténtico semental por la pareja sexual de la escena (sea hombre o mujer), haciéndole llegar al clímax con unas cuantas embestidas, va a pensar que es así como tiene que actuar cuando tenga un encuentro erótico. Expectativas más bien inalcanzables, que podrán dar lugar a la sensación de fracaso de los más jóvenes y a buscar soluciones “milagro”, como determinadas pastillas o trucos absurdos encontrados en internet.

3. Disminuye la satisfacción sexual

Al estar acostumbrados a ver representaciones idílicas de escenas que poco tienen que ver con la realidad, como decíamos al comienzo del artículo, por aprendizaje vicario, vamos a intentar reproducir dichas escenas. Puesto que éstas quedan lejos de la realidad, nuestras expectativas van a verse incumplidas y por tanto, también nuestra satisfacción sexual.

4. Educación machista

Al igual que los actores porno representan un determinado papel, lo mismo pasa con el rol de la mujer. En los videos porno, ellas están siempre dispuestas para el hombre y su papel se centra más en dar placer que en recibirlo, priorizando la satisfacción de él. Incluso los videos de contenido lésbico, están pensados para excitar a los hombres y no tanto para otras mujeres.

Es cierto que actualmente la industria del porno tiene diversos contenidos, cada vez menos estandarizados y con una variedad temática inimaginable. Sin embargo, el porno actúa de educador sexual con nuestros jóvenes y no tan jóvenes. Al ser el único, puede llegar a provocar también las no tan beneficiosas consecuencias que hemos recalcado. Por lo tanto, es necesario una Educación Sexual sana, adecuada y obligatoria para contrarrestar el abuso del consumo de pornografía y hacer que sus consumidores, en caso de emplearla, sea siendo conscientes de lo que ven y cómo las escenas, se alejan de la realidad de lo que las relaciones sexuales suponen y porqué.

Por UPAD Psicología y Coaching

@upad_pc


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Campbell, L., & Kohut, T. (2017). The use and effects of pornography in romantic relationships. Current Opinion in Psychology13, 6-10.

De pornografía, R. T. E. C. Consecuencias del consumo de pornografía en las relaciones personales y sexuales

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